Dejo que la vieja enfermera me chupe el pene

Estuve muy enfermo, fue covid y tuve que ser hospitalizado. En el hospital donde yo estaba había una enfermera vieja, pero todavía muy caliente. Tenía un culo enorme y unas tetas realmente grandes. Y nos estábamos acercando más y más. Yo tengo 30 años y ella 55.

Nunca he tenido relaciones con mujeres mayores, esta fue la primera. No sé qué me pasó, no sé si fue la medicina que usaba todos los días. Pero realmente deseaba a esta enfermera, a pesar de que era muy mayor. Hablamos durante horas y cada vez veía más que buscaba a esta mujer madura.

Y un día no me pude resistir, dije que era una viejita muy caliente. Se puso muy avergonzada y dijo que pensaba que yo también estaba muy buena. Y que un día vio mi pene y lo encontró delicioso y quiso mamar. Entonces le dije que podía amamantar cuando quisiera.

Así que esta perra hizo algo sorprendente, tomó mi pene y lo apretó muy bien. Me emocioné mucho y mi pene se puso muy duro. Luego colocó una silla entre la puerta para que nadie pudiera entrar en la habitación. Como era un hospital privado, tenía una habitación reservada solo para mí. Entonces podría estar tranquilo con esta enfermera traviesa.

Puse a una vieja enfermera a chuparme el pene

El travieso entonces comenzó a hacer caricias muy sabrosas en mi polla. Me emocioné mucho, tenía manos de hada. Era de manos suaves y ella me miraba muy cachonda. Luego aterrizó en mi pene y comenzó a chupar muy bien. Tenía los labios carnosos y usaba lápiz labial rojo. Mientras ella me mamaba, puse mi mano sobre sus grandes y deliciosas tetas.

La traviesa se los sacó y me dejó agarrar aún más sus enormes tetas. Y mientras tanto me chupaba la polla muy cachonda. Estaba realmente satisfecho con esta deliciosa mamada que estaba recibiendo. Esta enfermera tiene una boca mágica que cura cualquier enfermedad. Y ella estaba chupando mi pene con su boca excitándome mucho.

Y después de unos minutos de agarrar esas grandes tetas y recibir una mamada de la perra. Tuve que darle a esta vieja perra una buena corrida en su boca. Ni siquiera le avisé que me venía, y en ese momento sintió ese chorro de esperma.

Y lo escupió porque tenía mucha leche en la boca. Y me pareció gracioso y me reí mucho con la vieja ahogándose con mi esperma. Ella pensó que era realmente malo porque dijo que debería haberle advertido. Pero soy una zorra y me vine hasta en la boca de la traviesa corona.