Te contaré una historia e incesto bastardo entre padre e hija en la que acabé follando sabroso con mi propio padre. Un viejo bastardo propietario de un corpinho también sabroso, es un entrenador personal y profesor de educación física, entonces incluso teniendo 40 años sigue siendo un viejo muy caliente. Y mis amigos están locos por él, pero como mi padre está casado con mi madre la respeta mucho y nunca quiso nada con mis amigos. Pero quería algo con él porque cada vez estaba más enamorada de mi propio padre.
Estaba cansado de salir con jóvenes de mi edad, porque eran aburridos. Me interesé cada vez más sexualmente por mi propio padre. Me encontré masturbándome varias veces pensando en cómo sería tener sexo con él. Y eso de practicar el incesto no salía de mis pensamientos y tenía muchas ganas de ser penetrado por mi padre que es un moreno muy caliente. Y un día decidí tomar una actitud porque ya no podía retenerme.
Y como mi padre me ayuda a hacer ejercicios para ponerse muy sabroso. Ese día en particular decidí ponerme una ropa de gimnasia muy corta y todavía estaba sin bragas. Y cuando mi padre me estaba ayudando me puse a cuatro patas y estaba haciendo ejercicios justo delante de él y vi que no podía evitarlo. Luego estaba haciendo sentadillas y se me subieron los pantalones cortos y se me veía el culo. Y mi padre no podía dejar de mirar porque mi culo era muy grande y estaba muy caliente, y conseguí que me prestara atención.
Y mi travieso papá me pilló por detrás y se disculpó conmigo diciendo que no podía controlarse. Le cogí de las manos y le dije que podía seguir adelante y me puse a rodar el culo sobre su polla. Sentí que se me ponía muy dura y el cabrón me dio la vuelta y empezó a besarme la boca. Y me dijo que le había hechizado y que no podía contener su erección. Y empezó a besarme y a sacar su polla. Pero trató de contenerse y volver a meterla.
Y yo me revolcaba aún más y decidí sacarle la polla. El cabrón se volvió loco y yo me arrodillé y empecé a chuparle la polla dura. Me sujetó la cabeza y me dijo que parara pero continué y dejó que su polla entrara sin parar. Y después de eso terminó poniéndome tumbado en el colchón, me quitó los calzoncillos y me estuvo chupando el coño volviéndome loco.
Y yo me retorcía y me acariciaba los pechos mientras me chupaba. Después comenzó a penetrar mi coño y a besar mi boca. Le sujeté la cintura y le rasqué la espalda mientras su polla se introducía en mí. Y acabé disfrutando, después de que el granuja estuviera chupando coño me penetró muy fuerte y acabé corriéndome rápidamente. Pero luego continué y él también vino y estuvimos disfrutando juntos todo el día. Y hasta hoy de vez en cuando nos reunimos a escondidas de mi madre y hacemos un incesto muy sabroso.
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