Engañé a mi marido y me acosté con un electricista que me cogió de la mano en mi habitación. Me llamo Julia, tengo 26 años y estoy casada desde hace sólo 3 años. Me casé demasiado pronto y creo que por eso no he disfrutado tanto de mi vida de soltera. Confieso que me hubiera gustado disfrutar más, pero también quiero a mi marido y me gusta estar casada con él. Pero el tema del sexo no era tan bueno últimamente, y por eso acabé perdiéndome en la tentación y engañando a mi marido con Guilherme, una morena guapísima que me ponía muy cachonda.
Era un martes por la mañana, mi marido ya estaba en el trabajo y nuestra nevera se rompió. Le llamé y enseguida mi marido llamó a un electricista a nuestra casa. Era un hombre muy guapo, llegó y empezó a examinar el frigorífico para ver cuál podía ser el problema. Miré ese hermoso y muy caliente cuerpo y como estaba muy caliente me preguntó si podía quitarse la camisa. En ese momento estaba completamente excitada, estaba muy caliente y no pude resistir más.
Me acerqué aún más a él y le pregunté si necesitaba ayuda. Yo me mordía los labios de lujuria y él decía que no necesitaba ayuda, y mientras hablaba me pasaba la mano por el pecho. Yo estaba loca de lujuria y me descontrolé y terminé besando su boca, él correspondió y me besó también. El bribón me abrazó con fuerza y siguió sujetando mi cintura y pasando su mano por mi culo. Esto me hizo mojarme y decidí quitarme la camiseta dejándole ver mis pechos. Era la primera vez que engañaba a mi querido marido.
El travieso electricista me chupaba los pechos y me llamaba traviesa, poco a poco me iba quitando las bragas y eso me volvía aún más loca. Me levantó y me tiró en la cama, luego me abrió las piernas y empezó a chuparme el coño. Realmente fue el sexo oral más delicioso que he recibido en mi vida, el muy bribón me la chupaba y yo me excitaba cada vez más. Empezó a meter los dedos y luego decidió meter su gran polla caliente.
Se acostó en la cama y me dijo que me sentara como una puta. Me pidió que le diera una bofetada en la cara y yo se la daba mientras me revolcaba en su polla. Esto me puso muy cachonda, y el pervertido me tiró del pelo y empezó a chuparme los pechos con mucha fuerza, al mismo tiempo que me penetraba el coño con toda la fuerza posible y me empezó a doler, así que le pedí que cambiara de posición. Me sentí aliviado y fui al baño a tomar aire, y después de recuperarme volví con ganas de más sexo.
Y el bribón me sujetó el culo, yo estaba a cuatro patas y empezó a penetrarme con su pene. Me tiró del pelo y me dio una palmada en el culo. Me llamó puta y me penetró aún más fuerte, y también empezó a meterme el dedo en el culo. Y mientras me penetraba el coño, me llenaba el culo con las yemas de los dedos hasta que acabé disfrutando. También se corrió y me dejó el culo todo sucio de semen, luego volvió a arreglar la nevera. Y terminé chupándole la polla una vez más antes de que se fuera.
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