Le di 480 dolares para joder a mi empleada y ella acepto. Eso es porque ella no es rica y realmente necesitaba ese dinero. Entonces uno terminó ayudando al otro y así tuvimos sexo muy caliente e intenso. Te voy a contar todo sobre ese día que tomé a esta morena traviesa de grandes pechos y tuvimos sexo caliente dentro de mi tienda. Mi nombre es Mateus, tengo 27 años, estoy casado y ya tengo un hijo. Soy dueño de una tienda de trajes de diseñador en un centro comercial aquí en Nuevo México, así que termino ganando mucho dinero.
En mi tienda trabajan 3 mujeres, pero hay una que me vuelve loco. Su nombre es Camila, tiene 21 años, una morena de hermosos pechos muy grandes. Desde el primer día que estuvo allí quise tener sexo con ella. Pero como estoy casada y ella tiene novio, terminé callándome. Pero un día la escuché decir que necesitaba urgentemente algo de dinero para pagar el alquiler de su casa, que su esposo se había ido y los había dejado solos a ella y a su hijo.
Ella vivía en una casa muy pequeña, el valor de la casa era de 350 dólares, lo sé porque le pregunté. Ella me respondió y le di 480 dólares y le dije que pagara la renta y comprara algunas cosas para comer con su hijo. Ella estaba muy feliz y me lo agradeció. No pedí nada a cambio, pero el otro día ella dijo que quería pagarme por esta buena acción de alguna manera. Le dije que no tenía que pagarme nada, así que me sorprendió sacándose las tetas. Y vino preguntando si con un sexo muy sabroso lo aceptaría.
Terminé diciendo que sí, y ella frotaba sus senos en mi boca. Los otros empleados ya se habían ido, solo estábamos ella y yo en mi tienda. Yo sentada en mi silla y ella de pie frotándome las tetas en la cara. No pude resistirme, ya le estaba quitando los pantalones y ella me mostraba su hermoso y caliente coño. Así que la llevé al sofá y ella estaba chupando mi pene poniéndome locamente cachondo.
Me estaba dando cuenta de lo que le pasaba a esta chica, como su esposo se había ido, ella quería que alguien la ayudara económicamente. Y vio una oportunidad en mí y no voy a mentir, le pagaría todo a cambio de un buen sexo. Después de chuparme intensamente, esta chica traviesa comenzó a sentarse encima de mi pene. Yo estaba sumamente excitado y estaba chupando los hermosos pechos de la traviesa mientras ella se sentaba con ganas excitándome mucho.
Aún así conseguí tener sexo con ella a cuatro patas, la traviesa dejaba su gran culo posado y yo la penetraba de deseo. Hasta que terminé corriéndome deliciosamente en su coñito perfecto. Después de ese día alquilé un departamento para ella y su hijo. Y hasta hoy estamos juntos, sigo con mi esposa, y ella es mi amante. Y casi todos los días le digo a mi esposa que voy a llegar tarde al trabajo y siempre paso por la casa de mi novia y tenemos mucho sexo caliente e intenso.
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