Me gusta disfrutar viendo a mi hija bañarse

Yo tengo un fetiche ligeramente diferente, pero creo que a algunos padres también les gusta. Mi hija sólo tiene 19 años y empecé a disfrutar viéndola bañarse. Creció y se convirtió en una joven perfecta. Loirinha del cuerpo sabroso mi hermosa hija María dos Anjos es una deliciosa joven que me hace muy orgulloso y emocionado. Ella sigue siendo virgen y yo estoy muy celoso de ella y no la dejo salir con cualquiera.

Si pudiera ser su novio, pero a mi mujer no le gustaría nada. Así que me conformo con observar, no pierdo de vista a mi hija en todo momento. Y cuando no está en casa voy a su habitación y empiezo a oler sus bragas y a frotarlas en mi polla, dejándolas con olor a mi polla. Y empecé a tener la costumbre de verla ducharse o cambiarse de ropa antes de salir.

Y un día acabé sorprendido porque fui a verla ducharse y acabé viendo mucho más. Ese día fue el mejor orgasmo de mi vida. Descubrí que a mi hija virgen le gustaba masturbarse. Y he podido ver una escena así y me ha dejado muy excitado y con la polla muy dura. Y acabé disfrutando mucho viendo a mi propia hija masturbándose intensamente usando el cepillo para el pelo que tiene un mango muy grande y grueso.

Marcar a la hija que se está bañando

Y me volví loco al ver a mi hermosa hija safadinha bañándose y masturbándose intensamente. La safadinha estaba de pie acariciando los hermosos pechos pequeños bien wetadinhos y fue bajando la mano y haciendo caricias en su coño. Y el cepillo de pelo estaba con todo el cable dentro del coño de la joven traviesa. Se penetraba sin florituras y gemía al mismo tiempo que se acariciaba los pechos y se metía el dedito en la boca y chupaba.

Esto me volvió loco y mi polla era muy grande y acabé teniendo un orgasmo rápido porque era demasiado para mí. Porque pensé que la vería simplemente duchándose, y termino pillándola masturbándose. Pero rápidamente se me puso la polla dura de nuevo porque me lo estaba pasando como nunca. Y me masturbaba intensamente viendo a mi propia hija haciendo lo mismo en el baño. Y cada vez me ponía más cachondo, al igual que la traviesa joven. Se cansó de estar de pie y se sentó en el suelo metiéndose su juguetito en el coño.

Y ella gemía cada vez más porque era realmente muy sabroso. Y para dejarme aún más excitado esta joven traviesa tenía cuatro años. Metió su gran culo y volvió a meter el mango del cepillo en su coño y acabó teniendo un intenso y sabroso orgasmo. Y de nuevo disfruté mucho viendo esa escena tan caliente. Y después de eso todos los días veo a mi hija bañándose y de vez en cuando doy la suerte de pillarla en el acto masturbándose intensamente con varios juguetes para disfrutar.