Me masturbé sabroso en mi lugar de trabajo. Hoy os voy a contar una anécdota muy emocionante del día que terminé masturbándome en casa de una familia. Mi nombre es Isabel, trabajo como empleada doméstica en una lujosa casa aquí en Guadalajara. Mis jefes siempre están trabajando mucho y su hija, que tiene 19 años, va a fiestas y también viaja. Así la mayor parte del tiempo soy el único aquí.
Todos los días excepto los domingos vengo aquí a limpiar esta enorme casa. También está Sandra que viene aquí solo para hacer el desayuno y el almuerzo. Este cuento es sobre una experiencia que tuve hace un tiempo, donde terminé encontrando algo muy sabroso en el cajón del armario de Sofía. Ella es la hija de mis patrones, un día cuando estaba limpiando su habitación encontré un consolador enorme en el cajón, era muy grueso y sabroso, hecho de goma. Una réplica perfecta de un pene muy grande y grueso.
Tomé este juguete erótico y lo estaba mirando, era grande y mi erección aumentó al mismo tiempo. De esa manera no lo soporté, comencé a besarlo y era demasiado grande, chupé un poco y de repente ya estaba en la cama de Sofía pasándome su juguete sexual en mi entrepierna. No me pude resistir, era mucho más fuerte que yo, así que terminé quitándome los pantalones y las bragas, me acosté en la cama y comencé a meterme este enorme juguete dentro de mi coño.
Antes lo estaba frotando y me mojaba cada vez más. Entonces comencé a ponerlo duro dentro de mi coño y gemía intensamente porque estaba demasiado caliente. Maravilloso, un pene de goma que medía unos 24 centímetros. Conseguí meterlo todo dentro de mi coño, me mojé mucho y confieso que me quemaba un poco penetrar este juguete dentro de mi coño. Era el doble del tamaño de la polla de mi esposo e incluso más grueso.
La córnea iba en aumento y decidí tirarme al suelo, lo dejé de pie y comencé a rodar alrededor de él muy bien. Como estaba sola me excitaba más y más y gemía de deseo y este juguete me mojaba y además me ardía el coño. Pero no podía parar, estaba muy caliente y yo quería tener un orgasmo intenso y perfecto, así que decidí cambiar de posición nuevamente, quería hacer un poco de todo ese día.
Estaba pegado a la pared y decidí ponerme a cuatro patas. Metí mi gran trasero y comencé a retroceder con mi culo y este pene de goma entró duro en mi coño y terminé teniendo el mejor orgasmo de mi vida. Me corrí intensamente y lo dejé todo mojado, luego tuve que correr y limpiar rápidamente todo el desorden que hice. Ni siquiera pude trabajar después porque me empezó a doler el coño, tuve que irme temprano a descansar.
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