Mi madrastra se fue a dormir conmigo y terminamos follando. Un sexo caliente e intenso hecho durante la noche, aquí estaré contándote todo sobre ese día sensacional donde hice venir a mi madrastra. Su nombre es Constanza, tiene 46 años, delgada, morena, de pechos medianos y un trasero muy grande. Tu culo todavía está muy caliente y mi padre no es capaz de penetrar ese culo como debería.
Constanza tiene mucho miedo a las fuertes lluvias, un día se fue a trabajar a Estados Unidos y ese día un tornado pasó por la ciudad donde se encontraba. Estaba muy asustada y cada vez que llueve mucho necesita estar cerca de mí o de mi padre. Y esa noche hubo una lluvia muy fuerte al amanecer, eran como las 2 am. Mi padre no estaba ese día porque tenía que viajar por trabajo. Así que Constanza corrió a mi habitación y se acostó a mi lado en la cama.
Todavía tenía sueño y ni siquiera sabía que estaba lloviendo. Todavía medio soñando, abracé muy fuerte a mi madrastra y froté mi pene en su trasero. Me frotaba y mi pene se ponía cada vez más duro, también acariciaba los pechos de mi madrastra y ella no hacía nada. Empezó a gemir suavemente diciendo que hacía demasiado calor y que no podía resistir más. Entonces ella volteó y empezó a besarme en la boca, en ese momento me desperté y me asusté mucho.
Tenía el pene duro y todavía estaba al lado de mi madrastra en camisón. Ella estaba avergonzada por la situación y yo más porque la estaba agarrando y hasta tuve una erección con ella. Nos miramos por unos minutos y me sorprendí con este travieso besando mi boca, ella se sentó a horcajadas en mi regazo mientras me besaba. Mi pene empezó a ponerse muy duro y yo tampoco lo soportaba y comencé a penetrar el coño de Constanza volviéndola loca de lujuria.
Se quitó el camisón y comenzó a frotar sus grandes tetas en mi boca. Las estaba chupando y penetrando su coño a todo vapor, la penetre muy fuerte, le pregunte si eso era lo que le gustaba y la traviesa seguia riendo. Le pedí que se pusiera a cuatro patas y en ese momento me puse más cachondo, porque su culo es muy grande. Y ella meneaba ese enorme culo y yo la sujetaba y penetraba con todas mis fuerzas, hacía que la traviesa se corriera muy sabroso.
Seguí penetrando y logré correrme también, dejé todo sucio el coño y el culo de mi madrastra. Y hasta se olvidó de la tormenta de tanto celo que estaba sintiendo. Estaba demasiado sabroso. Terminó durmiendo conmigo, pero pronto se despertó y volvió a su habitación. Todo esto pasó hace apenas 16 días, ella no volvió a sacar el tema y el otro día le pedí que follara y no quiso. Creo que se arrepintió de hacerlo, pero intentaré insistir hasta que lo quiera de nuevo.
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