Pagué el alquiler de la tienda con sexo caliente. Mi nombre es Adriana, soy una morena caliente de 27 años que recientemente se fue de la casa de sus padres y está tratando de vivir sola. Vivo en una casa muy pequeña y vivo del dinero de mi tienda de ropa. Logré alquilar una tienda en el centro de la ciudad y estoy vendiendo mucha ropa y ganando buen dinero. Y el dueño del lugar donde está la tienda se llama el señor Rafael, es un señor de 56 años muy amable.
Rafael, además de ser muy amable, también es muy travieso. Y cada vez que viene a cobrar el dinero del alquiler, no deja de felicitarme y decir que quiere cuidar de mí. Pero no tengo ninguna lujuria por él y todavía tengo novio y él nunca lo engaña. Pero la última vez Rafael me hizo una mejor oferta, dijo que si algún día aceptaba podía pagar el alquiler de la tienda con buen sexo en lugar de dinero. Me dijo que lo pensara y se fue y yo estaba pensando.
El alquiler del lugar donde se encuentra la tienda es muy caro, porque está ubicado en el centro de la ciudad. Y confieso que no siempre es muy fácil pagar, porque recién estoy comenzando con la tienda, entonces me toma un tiempo obtener la ganancia que quiero. Estuve todo el día pensando en eso, en esta oferta que me hizo y me pareció muy tentadora. Porque podría ganar un buen dinero sin tener que pagar el alquiler, tengo novio, pero él no necesitaría saber eso, y esta traición sería por una buena razón.
Así que al mes siguiente vino el señor Rafael a cobrar el alquiler y le dije que no quería pagar en efectivo. Lo hice muy feliz, le pedí que se sentara en el sofá y cerré las puertas y cortinas de la tienda para que nadie nos molestara. Luego le hice prometer que nunca le contaría a nadie sobre esto, ya le saqué el pene y comencé a chuparlo muy sabroso excitándolo mucho. El bastardo gimió y se corrió en mi boca en menos de 10 minutos. Me limpié y volví de nuevo y acaricié su polla hasta que estuvo dura de nuevo.
Luego me senté en la polla de este viejo bastardo y me llamó puta caliente todo el tiempo. Me golpeó el trasero con fuerza y en menos de 15 minutos se corrió de nuevo. Así que dije que no podía más porque ya lo hice venir dos veces. Pero tampoco aguantó más porque es viejo, estaba muy feliz y dijo que el próximo mes volvería por buen sexo y no por dinero. Y ahora gano aún más con mi tienda porque no tengo que pagar alquiler.
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