Penetré el culo del vecino y su mujer. Esta historia es realmente bastante loca, nunca había hecho eso en mi vida, pero confieso que me gustó. Sobre todo porque tuve sexo con una mujer hermosa y gané mucho dinero por hacerlo. Mi nombre es Enrique, pero todos me llaman Kike, tengo 21 años y vivo en Taxco, un pueblo muy pequeño aquí en México, trabajo con mis padres en su carnicería. Me gusta mucho esta vida mía, más aún después de lo que pasó la semana pasada.
Vivo al lado de Mía y Esteban, ella tiene 42 años y él 51. Los conozco desde que nací, ellos y mi padre siempre han vivido en el mismo lugar. De esta manera los considero como mis tíos, y me quieren mucho. El caso es que después de crecer me volví fuerte y hermosa, me empezaron a mirar con ganas y un día me hicieron una oferta irresistible. Me tomó un tiempo creerlo, pensé que era una broma, pero era verdad.
Esteban queria que me acostara con el y su esposa Mia, me iban a pagar 400 dolares por esta guarra muy linda. En los primeros minutos que escuché esta propuesta me impactó, me sorprendió mucho, nunca pensé que quisieran hacer eso. Pero acepté porque Doña Mia es una anciana muy hermosa, delgada y con grandes pechos, confieso que siempre quise tener sexo con ella. Pero siempre la respeté, porque está casada y es mucho mayor que yo.
Pero con esa invitación hecha aceptaría, lástima que tendría que follarme a su marido también. Les dije que lo pensaría y me hicieron prometer que lo mantendría en secreto. Estuve todo el día pensando y en la noche fui a su casa, dije que lo aceptaría, pero que quería 500 dólares. Sebastian dijo que pagaría de inmediato, fue a la habitación y regresó con $500 en efectivo. Lo puse en mi billetera y dije que me los follaría a los dos.
Me preguntaron si se podía hacer entonces y les dije que sí, así que fuimos a la habitación donde Mia se estaba quitando la ropa y mi pene se estaba poniendo muy duro y grueso. Luego se sentó en mi regazo y me besó en la boca, sacó mi pene y comenzó a chupar sabroso. Sebastian vino y me hizo una mamada también, no me gustaba que me hiciera una mamada, pero tenía que dejarlo porque era parte del trato. Después de que estos dos me la chuparan, Mia comenzó a sentarse en mi polla.
Ella estaba sentada en mi polla y Sebastian estaba besando mi boca. Después de penetrar mucho a la hermosa Mia, le tocó a su esposo sentarse encima y yo estaba penetrando muy fuerte el culo de Sebastián. Quería lastimarlo para que no pudiera soportarlo más y yo pudiera tener más tiempo con su esposa. Pero a él le gustó y aguantó mucha polla entrando, y tuve que seguir penetrándolos a los dos durante otra media hora hasta que todos nos corrimos bien. Fue una muy buena experiencia y aún muy rentable.
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