Trabajo en un restaurante aquí en Cancún, un restaurante muy grande cerca de la playa. Trabajamos muy duro, pero al menos estamos muy bien pagados. Tengo una jefa muy amable y justa, la dueña del restaurante se llama Daniela, una hermosa mujer madura, una morena con grandes pechos perfectos. Es la cocinera y la admiro mucho, demasiado a decir verdad. Un día me quedé hasta tarde limpiando el restaurante y Daniela también estaba probando una nueva salsa que había creado.
Me llamó para que lo probara y quedé muy contento. Dije que era perfecto, charlamos y de repente el tema dejó la cocina y pasó a ser si estaba saliendo con alguien. Y como mi jefa también estaba soltera en ese momento, el ambiente entre nosotras se calentó y terminé por no resistirme, y ella tampoco. Y terminamos haciendo una guarrada allí incluso en la cocina del restaurante. Donde mi ama me pidió que me sacara la polla y empezó a chuparla muy sabroso. Estaba muy excitado y podía ganar un sexo oral muy sabroso de esta traviesa.
Y para completar aún sacó los pechos mostrando lo grandes y sabrosos que son. Yo hacía caricias sabrosas en ellas mientras la safadinha chupaba intensamente mi pene. Era un sexo oral muy sabroso y me estaba excitando mucho. Porque la safadinha sí que sabía chuparme la polla. Y para rematar apretó sus grandes tetas sobre mi polla dejándome aún más excitado hasta el punto de correrme en su cara. Y te contaré con todo detalle cómo acabé dejando que mi jefe me chupara la polla en el trabajo.
Mi jefa me hizo muy feliz esa noche, realmente me puse muy cachondo y tuve un gran orgasmo y acabé disfrutando dentro de su boca. Siempre fui un tipo muy guapo, así que las mujeres siempre me deseaban. Y con mi jefa no fue diferente, nos fuimos acercando y terminó por no resistirse a mis encantos. No estudié, no hice un curso, así que acabé en esta vida de camarero, pero al menos hay muchas mujeres para follar. Y mi jefe acabó cayendo sobre mi polla como una puta.
Cuando nos besamos intenté abrazarla muy fuerte y acercarme mucho a ella. Y yo pasaba mi mano por su hermoso culo y lo apretaba cada vez más fuerte mientras nos besábamos. Y esto fue excitando cada vez más a esta mujer madura, hasta que decidió ponerse de rodillas. Me chupó la polla con gran deseo, poniéndome cada vez más cachondo. Esta safadinha tenía unos labios carnosos y realmente sabía cómo tragar una gran polla y estaba haciendo una maravillosa mamada.
Estaba muy excitado y le pedí que fuera más despacio para no correrme demasiado rápido. Sacó su boca de mi polla y sacó sus grandes tetas. Y empezó a frotar sus hermosos pechos grandes y perfectos contra mi polla, poniéndome aún más cachondo. Y cuando casi me estaba viniendo, me chupó la polla, haciéndome una maravillosa mamada y acabé corriéndome dentro de su boca. Se ensució pero terminó tragando mucho semen y luego fue a beber agua. Y se convirtió en una rutina, casi todas las noches éramos los últimos y ella me chupaba la polla y también hacía otras cosas.
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