Tuve sexo caliente en el gimnasio y disfruté mucho con mi personal entrando muy fuerte dentro de mi coño. Me llamo Carla, tengo 29 años, estoy comprometida, llevo 8 años de noviazgo y hace poco mi novio me pidió que nos comprometiéramos. Estaba súper contento y acepté por supuesto, pero hace 2 semanas terminé haciendo una locura. Me gusta mucho hacer ejercicios para mantenerme bien y caliente. Soy una rubia con grandes pechos, culo perfecto y quiero seguir así durante mucho tiempo. Así que intento hacer mucho ejercicio en el gimnasio del barrio donde vivo.
Mi entrenador personal se llama Davi, es una morena fuerte, bien formada y con una bonita sonrisa. He tenido el deseo de tener sexo con él varias veces. Pero siempre intenté mantenerme fuerte para no traicionar a mi marido. Pero un día todo esto acabó cambiando, fue un miércoles por la noche. Me gusta hacer ejercicio por la noche porque es el tiempo que tengo disponible, siempre después del trabajo, me ducho y me voy a hacer ejercicio. Este día llegué un poco tarde, y cuando estaba en medio de mi entrenamiento todo el mundo ya se había ido.
Sólo quedamos mi entrenador personal y yo, así que se acercó a mí y siguió hablando conmigo, más que los otros días. Empecé a darme cuenta de que tenía malas intenciones. Porque siempre durante los ejercicios noto su mano en mi cuerpo, me coge de una manera poco profesional, pero acabo dejándole, confieso que eso también me gusta. Tiene unas manos fuertes y acabo excitándome mucho cuando las pone sobre mi cuerpo. Como he dicho ese día estaba vacío, solo él y yo. Y llegó el momento de hacer el ejercicio más difícil de todos.
La sentadilla en la que pongo un peso bajo los hombros y bajo al suelo. En este ejercicio siempre me ayuda David, que se pone detrás de mí cogiéndome por la cintura y siempre me hace mucha ilusión. Y este día fue más travieso y siguió frotando su pene en mi culo. Y no pude resistirme, su pene era muy grande y lo restregaba cada vez más en mi culo. Hasta que le solté los frenos y me di la vuelta, cara a cara con él. No hubo manera, terminamos besándonos y fue demasiado bueno.
Empezó a apretarme el culo y a quitarme los calzoncillos. Le pedí que se detuviera, pero el bribón dijo que no iba a venir nadie más en ese momento, que ya había cerrado las puertas. Así que me rendí ante este bribón y dejé que me quitara los calzoncillos. Me quité la blusa y él ya estaba chupando mis pechos, se puso de rodillas y me quitó las bragas con la boca. Me agarré a su pelo y dejé que me chupara el coño, estaba muy excitada, luego estaba a cuatro patas sobre una colchoneta y él me lamía el coño y el culo mojándome.
Poco después me monté encima de su pene y empecé a revolcarme sobre esa polla enorme y sabrosa. El bribón me besó y me apretó el culo con sus grandes manos. Y me senté lentamente y muy sabroso en su polla. Yo seguía a cuatro patas y él me golpeaba el culo con mucha fuerza, me metía el dedo en el culo y empujaba su enorme pene dentro de mi coño. Acabé disfrutando y traicioné a mi futuro marido con el entrenador personal del gimnasio. Confieso que me gustaba mucho, pero no quería tener más sexo con él porque quiero ser fiel a mi marido, pero esto es muy difícil.
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