Quiero compartir aquí un recuerdo de cuando estaba en el último año de la escuela secundaria. Yo ya tenía 18 años en esa época y mi directora era muy safadinha, y era una vieja rabuda deliciosa que dejaba a todos los alumnos muy entusiasmados con ella. Y me gustaba especialmente porque me encantan las mujeres con culos grandes, y el suyo era realmente grande. Porque era una de esas mujeres mayores que hacen mucho ejercicio, se quedan horas en el gimnasio y por eso tenía un cuerpo bonito y sabroso. Estaba casada pero nada de eso le impedía prostituirse con otros varones.
Y un día fui el elegido, porque soy un atleta del equipo de fútbol y tengo un físico muy fuerte. Esta mujer realmente quería un momento a solas conmigo en su salón. Cuando llegué tenía la blusa desabrochada y pude ver sus hermosos pechos redondos. Y fue directa al grano, dijo que por mis notas no podría ir a ninguna universidad. Pero ella podía ayudarme y quería ayudarme a conseguir una beca para jugar al fútbol e ir a la universidad. Pero ya decía que para que todo esto funcionara tendría que ayudarla.
Le pregunté qué quería y me dijo que estaba muy estresada. Y para colmo su marido seguía sin tener mucho sexo con ella porque ya era bastante mayor. Me explicó que para ayudarme necesitaría estar más relajada y aliviar el estrés. Y sólo pudo hacerlo con sexo muy placentero y me preguntó si podía ayudarla en ese momento. Entendí el mensaje y saqué mi gran polla y la puse sobre la mesa para que la safadinha la tomara.
Y la vieja rabuda tomó mi pistola y se la metió en la boca muy lentamente. Chupaba muy sabroso y me llamaba travieso dejándome con la polla cada vez más dura dentro de su boca. El sexo oral de esta madura traviesa fue realmente perfecto. E incluso sacó sus pechos y me dejó cogerlos y pude sentir lo perfectos que eran. Y para excitarme aún más la traviesa decía que era mucho mejor que las jovencitas que me follaba y apretaba mi polla entre sus grandes tetas sabrosas.
Yo estaba muy excitado con esta traviesa y le dije que le penetraría el coño con mucha fuerza. La traviesa se levantó y restregó sus calientes tetas en mi cara, luego se quitó la larga falda y se puso sólo las bragas. Luego me coge la polla como si fuera un collar y me lleva a dar un paseo. Se pone a cuatro patas en el sillón y levanta su hermoso culo y me pide que le meta la polla con fuerza. Me acerco a la vieja traviesa y le doy unos besos muy agradables en el culo y en el coño. Y mi pene comienza a entrar con fuerza en safadinha.
Va gimiendo y pidiéndome que la penetre cada vez más fuerte. Y la vieja rabuda sigue rodando este enorme culo sobre mi polla dejándome muy excitado. Luego me pide que me siente en el sillón y empieza a revolcarse en mi polla y me llama travieso y dice que voy a ser su nuevo amante. Y le agarro su gran culo mientras le chupo los pechos porque quería que estuviera muy excitada para dármelo todo. Y conseguí que la traviesa se corriera y ella me cuidara, me diera todo, y yo sólo tuviera que entregar mi polla a la traviesa.
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