Tuve sexo con mi amante tetona casada que tiene un buen cuerpo bien sabroso y me dijo que aumentaría mi posición en la empresa si era su amante. Y como tenía unos pechos sabrosos no pude resistirme y tuve que aceptar su propuesta. Y te contaré cómo fue el primer día que tuve sexo con mi jefa dentro de su oficina. Fue demasiado sabroso y me dejó penetrar hasta su culo y también fue la primera vez que penetré un culito y tengo que confesar que es muy sabroso aún más con su jefe.
Me llamo Leandro, tengo 21 años y hace 6 meses empecé a trabajar en una gran tienda de electrodomésticos y electrónica aquí en Guadalajara. Me inventaré los nombres porque si no es posible saber de quién estoy hablando, entonces prefiero mantenerlo en secreto para no tener problemas. Así que los nombres que diré a continuación son falsos para preservar a mi jefe que sigue siendo mi amante y yo también sigo trabajando en esa empresa. Llamaré a mi jefa Marcela y a su marido Carlos.
Como todo esto ocurrió hace casi 7 meses, vi un cartel en esta tienda diciendo que buscaban vendedores. Decidí presentarme y como era guapo y se me daba bien hablar e interactuar con la gente, la bella Marcela me contrató enseguida, y al señor Carlos también le gusté y aceptó. Así que al día siguiente ya empecé a trabajar en esta empresa e hice mi primera venta. Esto hizo muy felices a mis nuevos jefes y desde entonces siempre he intentado dar lo mejor de mí en esta empresa. Pero Marcela no sólo estaba interesada en mis dotes de vendedor, sino que quería algo más.
Y un día el señor Carlos estaba de viaje y ella aprovechó para contármelo. Así que me llamó a su despacho, y nada más entrar me pidió que cerrara la puerta con llave y ya me pareció extraño, cuando me senté en la silla llegó la sorpresa. La chica traviesa vino sentada en mi regazo y dijo que siempre había querido tener sexo conmigo, y que si me convertía en su amante ganaría mucho dinero. Empecé a besar a esta morena traviesa y ya sacó sus hermosos pechos y los chupé con facilidad. Entonces la traviesa se quitó la falda y se puso sobre la mesa con las piernas abiertas y dijo que quería mi polla dentro de su coño.
Entonces comencé a penetrar el coño de la bella Marcela, ella gemía en silencio porque los otros empleados seguían trabajando. Agarré sus grandes pechos y mi polla entraba en su coño con fuerza. La traviesa gemía y me llamaba caliente, me pedía que la penetrara más fuerte y luego me dejó aún más sorprendido cuando me pidió que le penetrara el culo. Así que tuve que penetrar este culo caliente dejando al travieso aún más excitado. Luego nos convertimos en amantes y nos encontramos escondidos casi todos los días.
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