Lo que os voy a revelar ocurrió hace unos días, hace exactamente 9 días estaba realizando mi mayor sueño sexual. Poder tener sexo con mi entrenador personal. Leticia, una morena muy caliente con un cuerpo perfecto que deja a cualquier hombre la polla dura. Es mi entrenadora personal y me está ayudando a conseguir el cuerpo más bonito y a ser un hombre más sano. Y además cada día me excitaba más porque era una tortura hacer ejercicios y quedarme admirando ese cuerpo tan sexy. Y siempre llevaba esa ropa de gimnasia ajustada que resaltaba aún más su cuerpo.
Y en 3 meses de entrenamiento de lunes a viernes aquí en casa. No pude resistir y contener el deseo que sentía por esta mujer. Por supuesto, no podía llegar e intentar besarla y tener sexo con ella sin un incentivo. Y en el caso de esta hermosa mujer, necesitaba un gran incentivo. Y decidí comprar algo que ella quería mucho. Como ya estoy jubilado y tengo un poco de dinero ahorrado me enteré de que la bella Leticia necesitaba una moto. Para facilitar el desplazamiento a la casa del cliente, decidí comprar una moto usada, pero bien conservada.
Y al día siguiente vino a hacer los ejercicios y le dije que tenía este don. Estaba muy contenta y no se lo podía creer porque una moto, aunque sea usada, es una moto y facilita mucho la vida. Y me preguntó cómo podía agradecérmelo y tuve que ser sincero. Le dije que con un sexo muy sabroso estaría bien satisfecha, me miró, pensó un rato. Y terminó dándome un beso muy bonito en la boca, me miró fijamente a los ojos y me dijo que no era una prostituta. Pero ella aceptaría este regalo y me recompensaría con algo que sabe hacer muy bien. Un sexo muy sabroso e intenso y ya estaba con el pene duro al mismo tiempo.
Y este bandido estaba tomando su pequeña colada de traje y mostrándome que es realmente muy sabrosa. Unas tetas grandes y perfectas y un culo precioso que me dejó muy excitado. Esta chica traviesa aún estaba bronceada y tenía un cuerpo del color del pecado. Me pidió que me sentara en el sofá, obedecí ya desnudo y con el pene muy duro. Y la traviesa comenzó a sentarse sabrosa y lentamente sobre mi pene. Me quedé quieto, acariciando su enorme culo mientras la traviesa se sentaba. Y lo estaba disfrutando, después de todo le había comprado una moto. Yo era un cliente muy especial y ella lo sabía.
Y la recompensa que me daba era muy agradable y placentera. Sujeté sus duros pechos y los lamí de uno en uno. Le chupé el derecho, que estaba delicioso, y también el izquierdo. Le chupé el derecho a la vez y estaba delicioso, el izquierdo también. La safadinha me besó la cara, la boca y no dejó de revolcarse en mi polla ni un segundo. En un momento dado tuve que pedirle que se tomara un descanso porque estaba a punto de correrme. Luego se levantó y me restregó su coño por la cara y me puse a chupar la safadinha morena muy caliente.
Y le pedí que se sentara de nuevo, pero dijo que no lo haría. En lugar de sentarse se puso a cuatro patas, llamándome para que la penetrara aún más. Y yo sostenía su perfecto culo y empezaba a meter mi pene en su delicioso y húmedo coño. Estaba realmente delicioso y la safadinha me dijo que estaba a punto de correrse y me pidió que intentara aguantar todo lo que pudiera. Y lo estuve aguantando hasta que ella gimió más fuerte y me corrí, y juntos tuvimos un maravilloso orgasmo. Y después de este sexo perfecto el moreno muy caliente se fue en su moto que le regalé.
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