Traicioné a mi marido con su jefe travieso

He traicionado a mi marido con su jefe travieso y terminó con el culo todo esfoladinho. Este bribón me pilló de paso y os contaré con detalle cómo ocurrió todo. Era una fiesta de fin de año en la empresa donde trabaja mi marido. Los empleados y sus familias se dirigieron a un lugar en el que había mucha bebida y comida.

El jefe de mi marido me miraba demasiado y acabé pasando vergüenza. Una hora entré en el baño y el bribón vino detrás de mí. Me puso un collar de oro en el cuello y dijo que había estado esperando este momento. Dijo que llevaba mucho tiempo queriendo hacer esto y que nunca había tenido la oportunidad de conocerme. Me sorprendí y me alegré y acabé besando a este viejo tan sexy.

Cerró el baño y comenzamos a besarnos intensamente y empezó a poner su mano en mi culo y a decirme que me lo daría todo. Sólo tendría que ser su amante, y sería nuestro secreto. Y esto me puso aún más cachonda, porque mi marido ya no era capaz de darme placer como antes. Y ese jefe tan caliente y fuerte que me agarraba me puso muy cachonda.

De repente, el bribón se arrodilló y me quitó las bragas y empezó a chuparme el coño, volviéndome loca de lujuria. Estaba muy excitada y este chico travieso me chupaba el coño cada vez con más ganas. Le sujeté la cabeza y le pedí que me chupara aún más y me dejaba muy excitada y toda mojada. Y entonces se levantó y me puso de espaldas.

Estaba apoyada en el lavabo mirando el espejo y de repente la gruesa polla del pillo entraba en mi coño. Me estaba excitando mucho con esta enorme polla entrando en mi coño. Gemí en voz muy baja para que nadie pudiera oírme. Y me penetraba el coño cada vez más fuerte con su polla.

Y después de eso se sentó en el inodoro y yo me revolcaba en su polla. El friki me daba palmadas en el culo y me llamaba traviesa mientras me penetraba el coño con fuerza. Y acabé disfrutando de lo sabroso y luego estuve chupando su polla hasta que el cabrón se corrió en mi boca. Y me lo tragué todo y luego volví con mi marido que se acercó besando mi boca como un auténtico cornudo.