Estaba necesitado de dinero y me acosté con mi vecino

Necesitaba dinero y me acosté con mi vecino. Me llamo Aline, tengo 18 años y lo que te voy a contar debe ser nuestro secreto. Vivo en Cluliacan, en una pequeña casa, trabajo junto a mis padres. Tienen un pequeño restaurante y realmente no tenemos mucho dinero, pero al menos podemos pagar todas las facturas y nunca falta comida. Pero ya sabes, una joven de sólo 18 años siempre quiere más en la vida. Me gusta salir, divertirme con mis amigos, iba a haber una fiesta típica en nuestra región y estaba sin un traje nuevo para ir.

Estaba triste, no tenía dinero y mis padres tampoco. Incluso he perdido las ganas de ir a esta fiesta que tanto me gusta. Pero entonces un chico de mi escuela, con el que siempre quise salir, me invitó a salir el día de la fiesta e ir con él. Estaba muy emocionada y acepté, pero cuando volví a mirar mi armario no encontré nada nuevo que me gustara. Pero entonces me acordé del Sr. Omar, un hombre de 47 años que vive al otro lado de la calle. Es viudo y vive pagando dinero a las jóvenes de mi barrio para que tengan sexo con él. Como paga muy bien, incluso algunos de sus amigos ya han ido, uno de ellos incluso ganó 500 dólares a cambio de sólo 30 minutos de sexo.

Así que decidí que lo haría, que aceptaría tener sexo con él. Nunca lo había hecho antes, pero estaba dispuesto a hacerlo sólo una vez, porque era por una buena razón. Así que me puse un vestido muy corto y fui a su casa. Llamé a la puerta y allí estaba el señor Omar, me invitó a pasar, me dio un café y le pregunté si esa propuesta seguía activa. Enseguida vi el brillo en los ojos de aquel viejo pervertido, se puso muy contento y dijo que sí y que para mí sería una oferta especial. Me dijo que me daría 600 dólares a cambio de una tarde entera de sexo.

No quería quedarme allí toda la tarde, así que dije que aceptaría 400 dólares por una hora entera de sexo. Y que sería el mejor sexo de su vida. El anciano ya estaba muy emocionado y dijo que aceptaría esa propuesta. Se fue a su habitación y volvió con el dinero, varios billetes de 50, 20 y 100 dólares que juntos sumaban 400 dólares. Estaba muy emocionada, pero luego recordé lo que tendría que hacer para conseguir ese dinero. El viejo cabrón se abrió la cremallera del pantalón y se sacó la polla muy suave y pequeña, diciendo que tenía que jugar con ella para que subiera y se hiciera un poco más grande.

Entonces comencé a acariciar ese pequeño pene y lo fui besando y lamiendo muy lentamente. Hasta que se puso dura y un poco más grande, pero aún era muy pequeña, por suerte para mí porque no me dolería. Seguí chupando al viejo cabrón dejándolo cada vez más excitado, después me pidió que me tumbara en el sofá. Empujé mi culo hacia arriba como una perra en celo y él me levantó el vestido. Me puso las bragas a un lado y empezó a chuparme el coño, iba chupando y metiendo el dedo, de repente empecé a excitarme con ese sexo oral tan caliente que me hacía el viejo vecino pervertido.

Y él estaba penetrando el pequeño pene, sostenía mi culo con cariño y lo penetraba lentamente. Se quedó unos 15 minutos penetrando y penetrando y luego me dijo que me sentara sobre su pene. Estaba encima de él y rodaba con facilidad hasta que me pidió que fuera más despacio porque era muy mayor y no podía soportar mucha excitación. Y con mucha calma me revolqué lentamente, el viejo me sujetó el culo y me besó los pechos mientras me sentaba hasta que se corrió. Después cogí el dinero y me fui a casa, pude comprarme ropa bonita para salir con el chico de mi colegio. Era la primera vez que lo hacía y me pareció genial, era un dinero muy fácil.