Engaña a mi esposo toda la noche con mi cuñado

Engañé a mi esposo toda la noche con mi cuñado y terminé divirtiéndome demasiado. Y quiero contarles cómo pasó todo esto anoche aquí en casa. Así es, como te gusta leer historias eróticas, te emocionará mucho esta historia fresca que pasó ayer. Mi nombre es Rosangela, soy una mujer de 29 años que vive aquí en Guanajuato y ya estoy casada. Todavía no tenemos hijos, pero es nuestro objetivo en el futuro. Porque aún no llegamos a los 30 y estamos trabajando mucho, así que aún no es momento de tener hijos. Pero mi esposo y yo vivimos juntos desde hace 5 años.

Y creo que por eso terminó perdiéndose y engañándome un día con un compañero de trabajo. Tampoco te voy a mentir, esa compañera de trabajo era muy bonita. Y como ella estuvo coqueteando con mi esposo todo el tiempo, él no pudo resistirse. Terminé enterándome de esta traición, un día él la llamó y no sabía que yo estaba en casa. Escuché toda la conversación y estaba muy triste, tuvimos una pelea y hasta pensamos en terminar el matrimonio. Pero él se arrepintió y terminé aceptando su disculpa. Pero no soy una mujer que acepte la traición y decidí devolverla.

Mi esposo odia a su hermano, pelearon como hace mucho tiempo y todo fue por mi culpa. Un día en una fiesta el hermano de mi esposo se emborrachó mucho y trató de besarme a la fuerza. Se pelearon y después de eso no volvieron a hablar. Y como sabía que uno odiaba mucho al otro, decidí enviarle un mensaje a mi cuñado. Lo encontró extraño después de mucho tiempo que le envié un mensaje de texto. Nos quedamos hablando unos 10 días, como él es soltero era más fácil, y nuestra conversación se volvía cada día más traviesa. Hasta ayer le dije a mi esposo que me iba a dormir a casa de una amiga mía que había terminado su matrimonio. Le dije que estaba triste y que se sentía muy sola y que yo iba a pasar la noche.

El creyó y entonces me despedí de él, me subí al auto y le dije que me iba a casa de mi amigo. Pero en realidad fui a la casa de su hermano que tanto odia. Al llegar allí, el bastardo ya estaba en ropa interior, había comprado vino y hasta flores. La casa estaba bastante limpia ya que tendría mi compañía toda la noche. Y ya dejé muy claro que solo haría esto una vez y nunca más. Le expliqué por qué estaba haciendo esto y realmente le gustó, ya que odia a mi hermano, eso fue genial. Poder acostarse con la esposa de la persona que odia. Fuimos a la sala, estábamos bebiendo y rápidamente se acercó, besando mi boca y quitándome la camisa.

El bastardo me estaba quitando la ropa y chupando mis pechos. Me excité tanto que dejé caer mi copa de vino al suelo. Pero ni siquiera me dejó parar y limpiarlo, quería sexo y lo dejé seguir chupando mis tetas. Bajó y cuando llegó a mi coño me hizo un sexo oral muy sabroso. Se me puso la piel de gallina con este travieso chupándome, luego comienza a poner su enorme pene en mi coño excitándome demasiado. Rápidamente ya me subí encima de su pene y comencé a rodar muy sabroso excitándolo mucho. Golpeó mi trasero con fuerza mientras me sentaba sin parar.

Luego terminamos yendo a la ducha y ahí me puse de pie y me estaba penetrando el coño con fuerza. Estaba toda emocionada con su pene entrando sin parar. Yo estaba a cuatro patas con el agua de la ducha cayendo y él me golpeaba el culo y me penetraba más fuerte. Después del agradable baño fuimos a la habitación del cabrón donde pasé unos 20 minutos sentada sin problemas en su pene. Y así el cabrón se corrió la primera vez, me tiró sobre la cama y empezó a chuparme de nuevo. Me vine a los pocos minutos con ese intenso oral donde me chupo el coño sin parar.

A la mañana siguiente tuvimos aún más sexo y solo entonces regresé a casa. Le dije que sería la primera y única vez, pero no me puedo resistir y creo que voy a tener que ir a su casa mañana para que podamos tener más buen sexo. La culpa es de mi marido, si nunca me engañara no me tiraría a su hermano.