Tengo 200 dólares para quitarme la ropa para un viejo pervertido. Les contaré todo sobre el día que terminé haciendo una tira muy bonita para un cliente en la tienda donde trabajo. Es muy buen amigo de mi jefe y siempre va a hablar y tomar un café con él. Aprovecha para querer tener sexo con los empleados de la tienda. Pero como es tan feo, ninguna de las vendedoras quiere a ese cabrón. Pero un día terminé haciendo algo muy lindo y provocativo para él.
Mi nombre es Olivia, tengo 22 años y trabajo en una tienda de ropa aquí en el centro de Cancún. Ropa de lujo y de diseño, así que aquí viene más gente llena de dinero. Como en el caso del señor Rubens, el anciano que les dije es el mejor amigo de mi jefe, el dueño de la tienda. Rubens viene aquí todas las semanas y hace 8 días me sorprendió con un pedido. Estaba a punto de irme y se me acercó, vio que los demás empleados ya se habían ido y aprovechó para acercarse a mí con calma.
Dijo que yo era muy bonita y que siempre quería verme desnuda. Pensé en abofetearlo, pero podría perder mi trabajo por eso. Luego sacó 2 billetes de $100 de su bolsillo y los metió en mi bolso. Dijo que solo quería una tira realmente bonita y que podría ser bastante rápido. Ese día mi jefe tuvo que salir temprano para ir al dentista y dejó a su amigo para que se encargara de cerrar la tienda. Así que aprovechó la oportunidad para acercarse a mí con esta inusual invitación.
Fueron 200 dólares, tuve que trabajar días para ganar ese dinero. Y podría tomar esas 2 notas haciendo una sola tira. Dije que si solo era para quitarme la ropa y luego irme lo aceptaría. Entonces el cabrón cerró la puerta de la tienda, puso el cartel de cerrado y nos fuimos a uno de los camerinos llenos de espejos. Se quedó ahí esperándome y yo me quitaba la ropa. Tuvimos que hacerlo allí porque otros lugares tenían cámaras y no podía dejar que mi jefe se enterara.
Así que comencé a quitarme la camisa del uniforme y me estaba quitando el sostén y mostrando mis grandes y redondos senos al pervertido. Sacó su pene y comenzó a masturbarse viendo cómo me quitaba la ropa. Estaba haciendo una mueca traviesa y apretando y mostrando mis grandes pechos al viejo bastardo. Incluso los froté un poco en la cara del granuja haciéndolo muy emocionado, luego volví y le di la espalda y comencé a quitarme los pantalones.
Y me lo estaba quitando, dejando solo mis calzones, comencé a menear mi trasero y dejando al viejo aún más excitado. Me movía y me estiraba hacia atrás y froté un poco mi trasero en su cara y el bastardo me besó el trasero. Luego me quité las bragas y dejé que me besara el coño. Regresé y comencé a meter los dedos en mi coño mientras acariciaba mis tetas y el viejo travieso vino desordenándolo todo. Tuve que limpiar todo y luego nos fuimos, él feliz de haber venido y yo tenía mucho dinero solo para quitarme la ropa.
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