Me encanta engañar a mi marido con su hijo de 18 años.

Me encanta engañar a mi esposo con su hijo de 18 años. Traté de ser fiel, pero mi esposo no ayuda, me sigue engañando con mujeres de su trabajo y eso es muy malo. Ya amenacé con divorciarme, pero él siempre viene con esa conversación de que está arrepentido y que nunca volverá a hacer eso. Pero luego pasa un tiempo y él continúa, así que tuve que actuar y le enseñé una lección. Cuando me casé con mi esposo, él ya tenía un hijo llamado Lucas y es parte fundamental de esta historia.

Lucas ya tenía 16 años cuando conocí a su padre y lleva viviendo aquí con nosotros unos 9 meses. Consiguió un gran trabajo aquí en la ciudad donde vivimos, y hasta que encuentre un buen lugar para vivir se queda aquí con nosotros, porque es un tipo muy agradable, servicial y no da trabajo. Le gusta estudiar, leer y trabaja mucho, los fines de semana le gusta quedarse en casa, no tiene mucho éxito con las mujeres y ni siquiera le gustan las fiestas.

Y como dije, con el tiempo mi esposo cambió, comenzó a engañarme. Ha estado casado dos veces, yo estaba siendo el tercero, y todos terminaron por eso. Porque es muy travieso y no puede ser fiel, pero yo era diferente a las otras dos esposas que tuvo. Conmigo realmente iba a tener que obedecer y hacer lo que yo quisiera. Y por eso te di esta lección. Prepárate que ahora esta historia se pondrá cada vez más interesante.

Un día mi esposo tuvo que viajar por trabajo, pero yo sabía que no era por trabajo, vi unos mensajes de él arreglando un viaje con una de sus amantes. Y ese día tendría una gran venganza por mí. Se despidió de nosotros, se fue de viaje y yo estaba sola con Lucas, el hijo de mi esposo, vimos una película y le propuse tomar vino. Aceptó y nos quedamos bebiendo y viendo una película muy provocativa que puse. Hubo mucho sexo y el clima se estaba calentando.

Hasta que me subí encima del joven hijastro y comencé a besarle la boca, y al mismo tiempo le iba quitando la ropa. Intentó irse, pero le mostré las tetas y se las froté en la boca, para entonces ya era demasiado tarde. El joven pasó de ser un tímido a un pervertido cachondo. Estaba chupando mis pechos y apretando fuerte mi culo, chupé su muy sabroso pene y poco después comencé a rodar encima de él. El bastardo estaba mega satisfecho, me besó mientras yo me sentaba de buena gana en su pene caliente.

Después de una intensa rodada sobre la polla de este joven me puse a cuatro patas. Luego me agarró del pelo tirando de él muy fuerte mientras penetraba mi coño. Así que terminé corriéndome intensamente y él también, fue un sexo muy agradable y terminamos teniendo sexo todo el día y toda la noche. Al amanecer volví a la sala y saqué la cámara oculta que tenía guardada, cuando volvió mi marido vio todo. Como resultado de eso, terminamos divorciándonos y sigo viendo a su atractivo hijo.