Soy portero en un edificio y terminé follándome a una rubia en casa. Su nombre es Camila, una rubia de 39 años, no es muy guapa, pero su culo es muy bonito y bastante grande. Está casada con el señor Lucio, un anciano de unos 46 años, trabaja en un banco y se pasa todo el día fuera. Su esposa, en cambio, no trabaja, ella se ocupa de la casa y de su hijo, que también se queda en la escuela toda la tarde. Así que Camila estuvo bastante sola en su enorme apartamento toda la tarde.
Y por eso ella estaba, creo, muy necesitada de compañía. A veces solo le decía buenos días y ella me hablaba durante mucho tiempo. Me contó toda su vida, e incluso sus peleas con su marido, que siempre estaba estresado. Y vi que ella estaba teniendo una vida triste y aburrida a pesar de que tenía mucho dinero. Debido a que siempre la traté con cortesía y siempre la escuché, nos hicimos amigos.
Pero un día claro terminamos siendo más que amigos y les cuento cómo pasó ese día. Eran alrededor de las 3 de la tarde, llegó un paquete para la señora Camila, lo tomé y fui a su departamento a entregarlo como hago con todos los residentes allí. Abrió la puerta y estaba en toalla, dijo que acababa de entrar al baño para ducharse. Estaba súper contento con el pedido, era una computadora nueva que había comprado. Me preguntó si quería ayudarla a abrirlo e instalarlo.
Terminé quedándome allí y ayudándola y luego me preguntó si quería ducharme con ella. En ese momento estaba bebiendo un poco de agua y casi me atraganto, dije que no escuché bien. Y repitió diciendo que se iba a duchar y me preguntó si la acompañaba. Dije que esto no era una buena idea y la niña traviesa se quitó la toalla y se quedó desnuda frente a mí. No pude contenerme y ahí mismo en el sofá del salón empezamos a besarnos y pude tocar y sentir ese maravilloso culo que tiene la traviesa.
Me estaba abriendo los pantalones y sacando mi ya muy duro pene, dijo que era hermoso y empezó a chuparlo. Y siguió diciendo que hacía casi 8 días que no tenía sexo, se peleaba con su esposo y no quería joder con él. Estaba muy cachonda y poco después de chuparme empezó a sentarse caliente en mi pene. Le estaba sujetando el culo muy fuerte y le dejé la marca de mis manos, la follé fuerte. Del sofá fuimos al suelo y tumbados, esta chica traviesa estaba recibiendo mucha polla en su coño.
Pero ella quería más, su deseo era enorme y me pidió un pene en su culo, primero fue a la habitación y volvió con un lubricante. Se acostó con su trasero hacia arriba y me dijo que aplicara el aceite, lo hice y muy lentamente puse mi pene dentro de su culo. Era demasiado sabroso e hice que esta perra tuviera un orgasmo muy sabroso e intenso. Pude correrme en su boca, se lo tragó todo, después de eso fuimos a ducharnos. Hoy soy su mejor amiga, y siempre que se pelee con su esposo le daré placer.
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