Soy policía y esposé a mi sobrina para follarla por el culo. Ella no quería al principio, así que tuve que animarla usando mi fuerza y un par de esposas. Arresté a la chica y le follé el coño, luego la erección aumentó y terminé follándome también su culo caliente. Y era tan sabroso que le gustó y me pidió que la penetrara más fuerte. Así me corrí intensamente y ella también, lo que era sexo forzado se convirtió en sexo salvaje y muy sabroso y placentero.
Mi nombre es Marcus, tengo 31 años y vivo en Léon, trabajo como oficial de policía desde hace 8 años y me gusta mucho esta profesión. Estoy casado con Isabela, una hermosa mujer que es la mujer de mi vida, la quiero mucho. Nuestra vida es muy buena, somos solo nosotros dos, sin hijos y sin responsabilidades. Por eso siempre estamos viajando, disfrutando de fiestas sin tiempo para volver. Excepto en un día laboral, pero a pesar de que trabajamos mucho, nos las arreglamos para disfrutar de nuestros días libres y de vacaciones.
Mi esposa tiene una tienda de ropa en el centro. Todo iba muy bien, pero hace 2 meses la sobrina de Isabela y también mi cuñada necesitaban quedarse en casa unas semanas. Sus padres eran muy viejos y terminaron muriendo, fue muy triste y como Isadora no tenía donde quedarse, se tuvo que quedar con nosotros. Pero ella no quería quedarse aquí, se va a Nueva York a vivir con unos amigos, como tiene 20 años no podemos detenerla.
En la primera semana aquí en casa era tímida, limpiaba toda la casa y ayudaba en todo. Pero con el paso del tiempo, ella se volvió perezosa y yo me impacienté con esa perra. Entonces, un día no pude resistirme y tuve que darle una lección a mi cuñada. Cuando llegué a casa estaba sucia, los platos estaban en el fregadero y ella estaba usando su celular y viendo la televisión. Le pregunté si iba a limpiar la casa y ni siquiera me contestó, así que le quité las esposas y la arresté.
La joven intentó salir, pero yo soy policía, la inmovilicé y la detuve. Luego le quité la ropa, la joven gritaba, pero nadie la escuchaba, en ese momento todos los vecinos estaban en el trabajo. Luego le lamí el coño y comencé a penetrar mi pene dentro de ella. La joven gritaba aún más y yo también estaba penetrando su lindo culo, por supuesto lo lamí, lo escupí para dejarlo bien lubricado. Entonces mi pene entró muy sabroso y dejó de forcejear.
A mi cuñada traviesa le empezó a gustar como la penetraba con mi pene. Ella gimió y dijo que la follé muy sabroso y eso me excitó aún más. Le quité las esposas y la joven se sentó en mi pene y estaba besando mi boca y meneándose muy sabroso. Disfrutamos intensamente y ahora no quiero que vaya a casa de sus amigos. Incluso le prometí darle algo de dinero todos los meses y la joven se pregunta si seguirá viviendo con nosotros.
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