Tuve sexo salvaje con mi psiquiatra

Tuve sexo salvaje con mi psiquiatra y fue realmente una experiencia maravillosa. Mi nombre es Antonio, tengo 24 años y estoy pasando por problemas, tengo depresión y mis padres están pagando las consultas psiquiátricas para que pueda mantener mi mente en su lugar. Esto sucedió después de que perdí a mi novia, lamentablemente ella se fue debido a la pandemia de covid. Una pérdida inesperada que me entristeció mucho.

Dejé de trabajar, dejé de ir a la universidad y mis padres estaban muy preocupados por mí. Entonces me mandaron a ver a un psiquiatra, me pareció muy mal, pero con el tiempo me empezó a gustar. Mi psiquiatra se llama Michele, es una morena muy guapa de 38 años. Y siempre que vengo a las sesiones termino sintiéndome más ligera y menos triste. Todo esto es gracias a Michele. El único problema es que con el tiempo me empezó a gustar y está casada.

Después de 3 meses de terapia con Michele, había superado la muerte de mi novia y comenzaba a enamorarme de esta mujer. Y ella también parecía estar enamorada de mí, soy un chico muy guapo y termino siendo muy encantador y dejando a las mujeres cachondas y lujuriosas. Lo que me di cuenta estaba pasando con Michele, la forma en que me miró, me conmovió. Así que un día decidí que iba a revelarle que me sentía cachondo y lujurioso por ella.

Tuve sexo salvaje con mi psiquiatra

Eso fue hace 3 semanas, terminé abriéndome a Michele. Ella estaba muy asustada y dijo que eso estaba mal, primero que ella es mi psiquiatra y segundo que está casada. Estaba completamente avergonzado de haber hecho eso, me disculpé y dejé de ir allí. Estuve casi un mes sin ir a las sesiones de terapia de Michele, pero luego me llamó y me dijo que volviera. Decidí volver porque las terapias con ella me hicieron mucho bien y me ayudaron a superar la muerte de mi novia.

Y ese día llegué y me sorprendió, me senté en el sofá y ella vino y se sentó en mi regazo y me besó en la boca. Yo estaba muy sorprendido por esto, pero seguí besándola. Luego, la traviesa abrió su camisa abotonada y frotó sus grandes tetas en mi cara y dijo que trató de resistirse pero que estaba tan caliente para mí. Y ella dijo que era la primera vez que engañaba a su marido, pero que no podía controlarlo porque yo era muy guapo y caliente. Luego se quitó la falda y frotó su coño en mi boca.

Chupé el coño de Michele intensamente y poco después ella estaba bien sentada sobre mi pene. Besé su boca, chupé sus hermosos senos y mi polla entró con fuerza. Michele quería ponerse a cuatro patas sobre la colchoneta, y yo la seguí y penetré su coño aún más fuerte. Me vine sabroso y la hice venir, tomamos aire y continuamos de nuevo. Se sentó en mi pene de nuevo, pero esta vez con su cola mirando hacia mí, y la penetré hasta correrme de nuevo. Ahora nuestras sesiones de terapia han dado paso a sesiones de sexo caliente.