¿Qué estarías dispuesto a hacer por algo que realmente deseas tener? Cuando era una niña, de solo 18 años, le practiqué sexo oral al dueño de una tienda solo para conseguir un nuevo atuendo que realmente quería. Como mis padres eran muy humildes no podía tener la ropa que quería. Incluso más ropa de diseñador, que era mi sueño tener, cada vez que iba al centro comercial me asombraba esa lujosa ropa.
Pero sabía que por ahora, dependiendo de mis padres, nunca tendría la ropa de lujo de mis sueños. Pero yo era una joven imprudente y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por mis deseos. Y sabía que el dueño de la tienda que más me gustaba era un viejo muy travieso. Siempre coqueteaba con los empleados porque uno de los empleados de la tienda era mi compañero de escuela en ese momento. Y nos habló de sus casos.
Y decidí aprovechar esta información y decidí que me compraría un nuevo atuendo a cambio de un pequeño favor sexual. Como era un viejo muy feo no iba a dejar que me follara. Porque todavía era virgen en ese momento y no quería perder mi virginidad con un anciano como él. Quería que mi primera vez fuera con alguien especial y hermoso. Y no quería favores ni dinero de por medio en este momento. Pero el sexo oral me gustaba mucho hacer, había aprendido ese año y después de mi primera mamada nunca dejé de chupar un pene.
Y yo estaba dispuesto a hacerle una buena mamada a ese viejo pervertido a cambio de un atuendo elegante de su tienda. Cuando la tienda estaba a punto de cerrar, lo vi despidiéndose de los empleados. Así que me acerqué a él y entré en la tienda fingiendo comprar un traje.
Vino a preguntarme si necesitaba ayuda y le dije que sí. Seguía diciendo que realmente quería ropa de lujo, pero que no tenía dinero para pagarla. Sin embargo, ella tenía una boca de lápiz labial rojo muy caliente que estaba dispuesta a chuparle la polla. El anciano se emocionó mucho, cerró la tienda y dijo que podía elegir cualquier atuendo.
El dueño de la tienda en cuanto cerró las puertas vino abrazándome y besándome el cuello. Sacó su pene y comenzó a frotarlo en mi trasero. Y dije enseguida que no estaba dispuesta a tener sexo porque todavía era virgen. Y no iba a perderla ese día, lo máximo que podía hacer por él era un muy buen sexo oral. Y aceptó, como era muy rico, dar un traje caro a cambio de una mamada era genial.
Y no se trataba de una mamada cualquiera, sino del sexo oral practicado por una jovencita virgen muy traviesa de apenas 18 años. Se sentó en la silla con la polla sobresaliendo con fuerza. Me arrodillé y sostuve esa gran polla con fuerza, y comencé a acariciarla masturbando al viejo bastardo. Gimió y me miró con cara de picardía. Y luego comencé a tragarme su gruesa y vieja polla.
El bastardo gimió de placer, era como si nunca antes le hubieran hecho una mamada. Y yo lo miraba y le chupaba el pene sin adornos. Me tragaba todo y muy rapido a ver si se venia rapido. Y yo estaba acariciando el pene del bastardo y dándole una buena mamada a su grueso pene. El bribón me estaba llamando nueva puta mientras chupaba duro.
Y finalmente se corrió, y me untó la boca con semen y tuve que tragarme todo con cara de felicidad. Y ya me estaba poniendo mi ropa nueva y despidiéndome del viejo bastardo. Antes de ir incluso me dijo que podía volver allí si quería ropa más cara. Y terminé yendo 3 veces más y conseguí más ropa a cambio de una buena mamada al cabrón.
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