Mi nombre es Gonzalo y les voy a contar como terminé corriéndome dentro del brasileño con el culo enorme. Trabajo como recepcionista en un hotel aquí en Cancún y como esta es una ciudad turística, viene gente de todas partes del mundo, incluido Brasil, y una chica brasileña muy deliciosa me conmovió mucho y me hizo mucha ilusión. Son calientes y traviesas como las mexicanas, pero tienen una cosa aún mejor, tienen sexo anal que las mexicanas no hacen, al menos tienen esa reputación de dar su culo caliente sin florituras.
Y terminé enamorándome de una brasilera llamada Beatriz, una hermosa morena bronceada de Río de Janeiro que vino a pasar unos días aquí en el Spring Break, una fiesta donde pasa mucha locura porque la gente bebe mucho y puta en la playa y toda la ciudad. Y una noche después de beber mucho esta brasileña llegó al hotel muy borracha y me pidió que la ayudara a subir a su habitación. La tomé de la cintura y la ayudé, tomamos el ascensor y allí el borracho travieso intentó besarme, como había cámaras yo no podía besarla.
Pero luego llegando a su habitación metí a la traviesa en la cama y no pude evitarlo, se quitó el vestido y se desnudó frente a mí. Fui a la puerta, la cerré con llave y volví a la cama. Rápidamente me quité la ropa y la chica traviesa vino chupando mi polla dura y excitándome mucho. Me hizo una mamada muy agradable con esa boca carnosa deliciosa. Y me emocioné siendo mamada por esta brasileña traviesa que se moría por tener sexo con una mexicana muy caliente y traviesa para satisfacerla.
Esta traviesa borracha me chupó la polla y me decía cosas que no podía entender, jerga brasileña y no sabía de qué estaba hablando. Pero le di una bofetada en la cara y le pedí que se callara y siguiera chupándome la polla. Luego amamantó aún más y yo estaba recogiendo los deliciosos pechos que tenía. Luego se corrió sentándose en mi polla allí estaba loco de lujuria porque su culo era demasiado grande y había una marca de biquini. Y sostuve ese trasero gigante con ambas manos mientras ella se sentaba con deseo.
Y yo corriéndome dentro de la brasileña después de esta loca e intensa follada que nos puso muy excitados. Después de rodar mucho dándome el coño me dijo que me daría el culo. Entonces me excité aún más y con mucho cuidado metió mi pene dentro de su culo y se sentó muy despacio. Ella estaba muy borracha y me decía cosas de brasileña mientras yo penetraba ese culito prieto muy sabroso. Y apretó el culo de la zorra, tenía un culo perfecto.
Y yo quería follármela a cuatro patas. Ella metió su culo como una perra en celo y yo estaba viendo ese enorme culo frente a mí mientras le penetraba el culo. La traviesa estaba muy excitada con el pene entrando y saliendo con mucha fuerza dentro de su culo. Y yo estaba disfrutando dentro de la brasileña que también disfrutó tomando un pene fuerte en su culo. Luego me puse el uniforme y volví a la recepción. El otro día se acordó de todo y vino a decirme que le gustaba mucho y que quería volver a la noche otra vez. Y ese mismo día tuve que hacerle una visita a la perra brasileña.
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