Fui a visitar a mi esposo en prisión y tuve relaciones sexuales con un guardia para poder traer mi teléfono celular y dárselo a mi esposo. Mi nombre es Brenda y mi esposo está preso por trabajar en un cartel de drogas y tengo que visitarlo todas las semanas, para obtener información sobre el cartel y extrañar a mi esposo que iba a estar un tiempo en prisión. Y yo tenía una misión, entregarle un celular, pero era muy difícil, porque uno de los guardias no era corrupto y no quería aceptar dinero para que los amigos de mi esposo entraran con un celular.
Así que tenía que tratar de resolverlo a mi manera, él podía rechazar dinero, pero sexo caliente con una deliciosa mexicana estaba seguro de que no sería capaz de rechazar. Así que ese día fui con un vestido muy corto y sin bragas para provocar aún más, llamé a este guardia en la esquina y le dije que tenía que hablar con él en privado. Me llevó a una habitación muy pequeña en la parte trasera de la prisión y me preguntó qué quería. Yo sin decir una palabra me quité el vestido y mostré mi cuerpo caliente al guardia que ni siquiera parpadeó de lo emocionado que estaba.
El pequeño bastardo se me acercó y comenzó a besarme y me alejé de él. Dijo que podía follarme si me ayudaba. Y el bastardo dijo que haría cualquier cosa para penetrar mi coño. Y saqué mi celular de mi bolso y le dije que se lo diera a mi esposo. Y el cabrón aceptó, dijo que me entregaría lo que yo quisiera si siempre tenía muy buen sexo conmigo. Y me acerqué a él y comenzamos a intercambiar besos intensos. El bastardo se estaba quitando el uniforme de guardia y besando mis pechos y ya metiendo su pene en mi coño.
Y el cabrón me la chupo por todas partes y me puso en su regazo y me fue penetrando el coño. Estaba loca de lujuria porque su pene era mucho más grande que el de mi marido. Y yo estaba restregando mis senos en su rostro excitando aún más al pervertido, había una mesa en la sala y me puso encima. Y él estaba penetrando mi coño aún más fuerte con su gran y sabrosa polla. Me quitó las esposas y tomó mis manos para que el sexo fuera más placentero. Y realmente estaba muy rico y gemía mucho con la polla entrando.
Le pedí que me la metiera por el culo y el cabrón estaba loco de lujuria. Me penetró el culo con mucha fuerza mientras me llamaba puta y me daba palmaditas en la cara y me metía el dedo en la boquita para que se la chupara. Y su pene cada vez más fuerte dentro de mi culo. Hacía mucho calor y estaba a punto de correrme en este sexo anal caliente e intenso realizado en prisión. Este guardia era mucho mejor en el sexo que mi marido.
Y me encantaría tener que visitar a mi marido y tener sexo con este guardia travieso. Para matarme de lujuria, el cabrón me puso a cuatro patas, con las manos esposadas. Y me metía una pistola con mucha fuerza por el culo y el cabrón me pegaba fuerte y me metía por el culo. Y en poco tiempo terminé corriéndome sin necesidad de tocarme el coño, solo metiendo un pene dentro de mi culo. Y para hacer correrse al pervertido le froté las tetas en la polla y me untó de semen.
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