Bandido trató de robar en mi casa y le hice una mamada. Nunca pensé que pasaría por una situación como esta, pero era necesario actuar rápido y hacer lo que fuera necesario para no perder mis bienes. Mi nombre es Jessica, tengo 31 años y estoy casada con Mario, vivimos juntos en Guadalajara y tenemos una gran vida. Pero hace 3 semanas sucedió algo que hizo que mi esposo solicitara el divorcio.
Trabajo como arquitecto y mi esposo trabaja en un banco. Tenemos una casa preciosa y estamos muy contentos. Y hace 3 semanas, de madrugada, entró un joven a nuestra casa, traía mascarilla y no lo pudimos reconocer. Pero se podía ver que era muy alto y muy fuerte, mi esposo y yo estábamos viendo una película cuando este hombre entró por la puerta de atrás. Logró apagar la alarma y ya sacó su arma y se entregó a nosotros.
Luego tomó nuestros celulares, nuestras billeteras con dinero y tarjetas de crédito y sobre la mesa estaba mi computadora. Y tenía todos mis proyectos arquitectónicos para todos mis clientes. Quería llevarse la computadora y le rogué que no lo hiciera, pero no le importó. Entonces le ofrecí dinero, no tenía más dinero en ese momento, pero le sugerí que fuéramos a un banco y le daría todo el dinero que quisiera para que no me robara la computadora.
La computadora no tenía ningún valor para mí, pero los proyectos de arquitectura dentro de ella eran toda mi vida profesional. Pero a este insensible ladrón no le importó eso y se llevó mi computadora. Y desesperada terminé ofreciéndole una mamada, como soy una mujer hermosa sabía que no se negaría, y le gustó la idea. Dijo que si le chupaba la polla dejaría la computadora. En ese momento mi esposo se enojó y se puso furioso y dijo que yo no haría eso, pero el bandido dijo que eso no lo decidió él, que lo hice yo.
Sacó su polla y era realmente grande y caliente. Me arrodillé y me acerqué a él y en ese momento entró mi marido furioso y el ladrón le dio un puñetazo. Cayó al suelo y se quedó allí llorando y mirándome entrar en acción. Sostuve esa enorme polla con ambas manos y comencé a chuparla intensamente. El ladrón estaba muy excitado y quise hacerle la mejor mamada del mundo para que no me quitara el ordenador. El cabrón me acariciaba los pechos y yo los chupaba sin parar.
En poco tiempo no pudo resistir más y se corrió en mi boca llenándome de leche fresca. Luego se quedó con su pene y dijo que mi mamada estaba muy rica y que algún día volvería por más. Se fue y me sentí aliviado de que no me hubiera quitado el trabajo de mi vida. Mi esposo se enojó mucho y ya no quería estar casado conmigo, el otro día me pidió el divorcio y no me arrepiento de lo que hice.
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