Dejo que la jueza se siente en mi pene para evitar pagar una multa. Mi nombre es Antonio Carlos, vivo en Guadajalara y soy propietario de una empresa que fabrica papel. Y yo no estaba cumpliendo con todas las normas para cuidar el medio ambiente y entonces el gobierno mexicano terminó dándome una multa muy cara por eso. Inmediatamente hablé con mi abogado y me dijo que la única alternativa era pagar esta multa.
Pero yo no quería eso y traté de encontrar una solución, así que le pedí el número de teléfono de esta jueza para poder hablar con ella. La llamé y la perra dijo que podía ir a su oficina para que pudiéramos hablar e intentar llegar a un acuerdo. Y cuando llegué me ofreció un café, me senté y empezamos a hablar y me dijo que me podía rebajar un poco la multa. Pero no quería pagar una multa, así que pregunté si había otra manera.
Ella dijo que no y que la única forma era pagar lo que debía. Así que me despedí de ella y me fui a casa, al día siguiente compré un vino muy caro importado directamente de Italia. Uno de mis empleados se lo entregó y llamé a la niña traviesa y le pregunté si aceptaría una compañía para beber este vino caro. Le gustó porque era un vino muy raro y ella es una gran conocedora de vinos. Y dije que podía ir a tu casa más tarde.
Fui y cuando llegué estábamos hablando y ella ya estaba enamorada de mí. Ella no estaba casada, así que estábamos solos los dos en su casa bebiendo ese vino raro, me senté en el sofá con ella y estábamos muy unidos. Y después de media hora de hablar terminé besando a la niña traviesa y no dejó de besarse. Así que ya me estaba quitando la ropa y ella vino chupando mi pene excitándome mucho. Como soy rico y muy guapo, siempre seduzco fácilmente a las mujeres.
Después de chuparme el pene, esta chica traviesa comenzó a sentarse encima de él. Cuando se quitó el vestido vi que a pesar de que era vieja todavía tenía bastante calor. Sus pechos aún estaban duros y su culo muy caliente, se sentó de buena gana y le di una palmada fuerte en el culo y tiré de su largo cabello. Dejé a esta mujer realmente muy excitada y estaba penetrando su coño caliente con fuerza. Ella se puso a cuatro patas sobre el sofá y yo penetré más fuerte y disfrutamos intensamente. Me acosté con ella y al día siguiente me fui y ya no había multa.
Ese día descubrí que el dinero no soluciona ningún problema. Pero el buen sexo resuelve cualquier problema. Ella cobró la multa de mi empresa y ahora cada vez que me pregunta tengo que ir a su casa y penetrarle el coño. Y tengo que inventar un montón de excusas para que mi mujer no sospeche que la engaño, e incluso con una mujer mucho mayor. Ahora soy un esclavo sexual de esta chica traviesa y me gusta mucho penetrar su coño.
Quiero contarles un poco sobre la historia que me pasó la semana pasada. Sí, una historia real que acaba de salir del horno. Como me emociono mucho leyendo estas historias, y hasta me ayudan a...
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