Dejé que mi mejor amiga penetrara el culo de mi mujer y le encantó. Mi nombre es Michel Escribí esa historia sobre mi esposa compartiendo un vecino conmigo. Es que como dije en la historia anterior, no terminó todo conmigo follándome al vecino y a mi esposa. Como dije, todo era parte de un plan, donde mi esposa realmente quería tener sexo con mi amigo Lucas. Es un moreno alto y muy fuerte, realmente muy guapo.
Y he notado que mi esposa lo miraba un par de veces. Pero nunca dije nada, pensé que solo estaba en mi cabeza, pero fui a ver que ella realmente tenía un deseo por él. Y como terminé teniendo sexo con el vecino, mi esposa también quería tener sexo con mi amigo. De ninguna manera, como cumplí mi deseo sexual gracias a la ayuda de mi esposa, tendría que dejarla tener sexo con mi amiga. Así que tuve que convencerlo de ir a casa a cenar.
Como no dejaría sola a mi esposa con mi amigo, yo también participaría. Incluso para monitorear lo que iban a hacer, y aceptó la invitación a cenar. Cuando llegamos a casa comimos, bebimos mucho vino, mucho y terminamos muy borrachos. Hasta que mi esposa se sentó en el regazo de mi amigo, él estaba todo sorprendido y se la quitó y me pidió disculpas y le dije que todo estaba bien, que se relajara y disfrutara el momento.
Todavía estaba bastante confundido y mi esposa volvió a sentarse en su regazo. Me preguntó si realmente estaba bien o si estaba demasiado borracho. Entonces tuve que explicarle toda la historia, que mi mujer y yo nos follamos al joven vecino, y que ahora me tocaba a mi dejar que otro se follara a mi mujer. El estaba súper feliz y comenzó a besar a mi esposa y le estaba sosteniendo el culo, la niña traviesa lo llevó a la recámara y yo me fui con ella.
Luego, en el dormitorio, mi esposa estaba completamente desnuda y mi amigo estaba locamente cachondo. Él también se estaba quitando la ropa y comenzaron a intercambiar besos, luego mi amigo y yo nos acostamos en la cama y mi esposa comenzó a chuparnos el pene al mismo tiempo. Ni siquiera reconocí a mi esposa, era como si fuera una prostituta, después de chupar ya estaba sentada de buena gana en el pene de mi amigo. Él estaba golpeando su trasero y besando su boca mientras ella se sentaba sin parar. Y me quedé allí mirando sin saber qué hacer mientras tenían sexo.
Dije que era mi turno de penetrar a mi esposa pero ni siquiera me escucharon y ella siguió sentada sobre mi amigo. Después de eso ella se puso a cuatro patas, él le jaló el pelo y la estaba penetrando con ganas, yo dije que yo también quería participar, pero nuevamente hicieron como que yo no estaba.
Así que la forma fue mirar lleno de ira a mi amigo penetrando el coño de mi esposa. Y siguió penetrando a la mujer traviesa hasta que ella disfrutó, apenas terminaron, yo me puse nervioso y lo despedí y le dije que nunca le contara a nadie sobre esto. Y así terminó esta loca historia donde yo tenía que ser cornudo por un día.
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