Les voy a contar una historia muy emocionante que nos pasó a mi esposa ya mí el pasado jueves por la mañana en la cocina. Íbamos a tener la fiesta de cumpleaños de mi esposa al día siguiente y la casa estaba llena de parientes, y nuestros hijos terminaron teniendo que dormir con nosotros en la habitación. Y a mi esposa ya mí nos gusta mucho el sexo, pero esa noche no pudimos tener sexo. Pero luego se fue a la cocina de madrugada a tomar agua y yo la seguí porque estaba muy cachonda y tenía muchas ganas de hacer buen sexo.
Fue a la cocina solo en camisón y yo me puse cachondo viéndola beber agua. Llegué suavemente y la tomé por detrás y ya estaba sacando mi polla y frotándosela en el culo lo cual a ella le pareció muy bueno y comenzó a rodar sobre mi polla haciéndola aún más dura. Luego se apoyó en el lavabo, le levanté el camisón y dejé las bragas a un lado. Y comencé a penetrar su coño caliente dejando cachonda a la traviesa loca. Ella gemía suavemente para no correr el riesgo de despertar a sus familiares que dormían por toda la casa, excepto en el baño y la cocina.
Y estaba sosteniendo el culo de mi esposa con fuerza mientras ella tomaba mucho pene en su coño. Empecé a tirarle del pelo porque sé que le encanta el sexo más duro. Y yo estaba penetrando mi pene sin florituras dentro del delicioso coñito que tiene. La traviesa gemía suavemente y pedía más y más varilla en el coño. Y luego dijo que quería sentarse en mi polla. Me senté en la silla y ella se vino balanceándose en mi barra como una puta en celo muriendo por sentarse en la polla.
Y mi esposa traviesa se movía muy sabroso en mi polla mientras le daba suaves palmadas en el culo. La traviesa me besó y luego sacó sus tetas calientes y las frotaba en mi boca mientras yo chupaba y metía su coño con mi pene grueso. Para provocarme aún más, mi esposa me dio la espalda para que pudiera ver mejor ese enorme trasero moviéndose deliciosamente encima de mi pene. Y yo estaba penetrando a la perra con más y más fuerza excitándola mucho.
Y como el clima estaba muy caliente entre nosotros quería follar el culo caliente de mi esposa. Y la traviesa dejo entrar mi polla muy rica dentro del culo caliente y suave que tiene. Y el palo entraba de buena gana en su culo mientras ella gemía suavemente y se aguantaba para no gritar de lujuria, ya que toda la familia estaba en la casa. Mi esposa se bajó de mí y dijo que quería follar encima de la mesa. Siempre tuve este fetiche y la oportunidad sería en ese momento y tenía que cumplir el deseo de mi amada esposa.
La traviesa luego se acostó sobre la mesa con las piernas bien abiertas y comencé a penetrar su culo caliente. Yo estaba de pie, introduciendo mi pene en el culo de mi esposa, quien seguía agarrándose para no soltar un fuerte grito de placer. Y la polla se estaba poniendo muy fuerte en ese culo caliente hasta que terminé corriéndome en el culo de mi esposa. Y ella estaba acariciando el coño para disfrutar sabroso también. Y así me pasé la noche follándome a mi mujer en la cocina de casa y la hice correrse mucho con las pollas bien fuertes.
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