Le di dinero a la criada y me follé su delicioso coño. Fue un momento muy bonito e intenso y aquí te cuento todo. ¿Alguna vez en tu vida has querido penetrar el coño de la criada? Nunca tuve ese deseo, pero un día la sirvienta que trabaja aquí en casa estaba en el baño. No cerró la puerta con llave y cuando la abrí estaba usando sus pantalones y vi ese culo grande y caliente frente a mí. Después de ese día no pude dejar de pensar en ese enorme trasero.
ella está aquí. Nunca tuve un deseo por ella como dije, ella no es muy interesante. Pero después de ese día que vi su trasero no pude resistirme. Después de ese día siempre traté de besarla, agarrarla, pero ella siempre me abofeteaba y amenazaba con decírselo a mis padres. Luego tuve que parar porque no quería meterme en problemas con mis padres.
Pero un día la vi quejarse por teléfono con su marido de que tenía algunas facturas atrasadas. Entonces vi su debilidad y decidí actuar, tenía 300 dólares ahorrados y decidí tomarlos. Me acerqué a Veronica y le dije que le daría $300 de inmediato si tenía sexo conmigo. Y hasta dijo que podía ser muy rápido, veinte minutos ya me darían por satisfecho. Ella se negó, pero me preguntó si podía prestarle el dinero. Que se había cortado la luz por falta de pago. En ese momento no quise chantajearla, sabía que tenía hijos y entonces le di el dinero.
Ya no podía hacer este comercio de sexo por dinero ya que ella estaba tan desesperada. Pero fui bien recompensado, por darle el dinero sin pedir nada a cambio después de que, por supuesto, ella se negara. El otro día vino a agradecerme, y me sorprendió, me besó en la boca y se sentó en mi regazo. Estaba cachondo loco, ya sostuve su enorme trasero con ella sentada en mi regazo. La niña traviesa dijo que yo la ayudaba mucho, y que le gustaba que yo entendiera la difícil situación en la que se encontraba y la ayudara.
De los besos ya la tiré en mi cama y le dije que siempre que lo necesitara, tendría dinero. Lo único que tenía que hacer era abrir las piernas y, además del dinero, iba a tener mucho placer. Dejé sus bragas a un lado y comencé a penetrar su coño caliente. Ella me besó mientras mi pene entraba en su coño. Para matarme cachonda esta traviesa me tiró sobre la cama, se subió encima y empezó a rodar sobre mi pene. Dije que era una mexicana muy caliente y que era mucho mejor que las jóvenes con las que tenía relaciones. Entonces la traviesa estaba sentada sin frescura encima de mi pene.
Estaba sosteniendo su culo grande y caliente mientras ella se sentaba a todo vapor. Dejándome sumamente emocionada esta traviesa se fue sentando cada vez más fuerte y terminé disfrutando. Ese enorme culo sentado en mi polla me excitó tanto. Y tenía toda la razón, las chicas de mi escuela no eran calientes ni buenas en el sexo como Veronica. Después de ese día, cada vez que necesitaba dinero, me hacía una mamada y se sentaba en mi polla. Y siempre te di todo mi dinero a cambio de tu coño caliente.
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