Le hice una mamada a mi padrastro y me dio un regalo. Mi nombre es Joana, tengo 21 años y vivo en la Ciudad de México, vivo con mi madre y mi padrastro. Su nombre es Harry, viene de Nuevo México y está casado con mi madre desde hace 3 años. Trabajó como niñera para una familia muy rica que vivía en Santa Fe, Nuevo México. Allí conoció a Harry, él era chofer de esta rica familia, comenzaron a salir y regresaron aquí.
Vivía con mi abuela mientras mi madre estaba fuera todo este tiempo. Y después de años en los Estados Unidos, mi madre regresa con un esposo. Así me mudé con los 2 y al principio todo era hermoso. Harry siempre fue muy educado conmigo, siempre me trató bien. Pero después de unos años aquí, creo que el amor por mi madre terminó y él comenzó a enamorarse de mí. Como soy una jovencita de 21 años muy hermosa, dejé a mi padrastro enamorado de mí.
Nunca quise tener nada que ver con él, pero el bastardo me estuvo vigilando todo el tiempo. Y un día me hizo una oferta que no pude rechazar. Siempre quise una licencia de conducir. Pero aquí es muy caro conseguirlo y yo no tenía ese dinero. Pero un día Harry me ofreció dinero para obtener mi licencia de conducir. Pero él quería algo a cambio, dijo que solo quería un sexo oral muy sabroso. Me negué al mismo tiempo e incluso amenacé con decírselo a mi madre dejándolo muy asustado.
Pero al final no le dije nada a mi madre. Pero pasaban los días y yo no podía conducir su carro porque no tenía licencia de conducir. Así que decidí que aceptaría esta propuesta de mi padrastro. Un día mi madre no estaba en casa y le dije que aceptaría su propuesta. Lo hice muy feliz, pero luego lo hice ir conmigo al centro de licencias de conducir, me hizo el registro, pagó todo lo que tenía que pagar y nos fuimos a casa.
Al llegar a casa se sentó en el sofá todo feliz y yo comencé a quitarme la ropa muy lentamente. Me saqué la blusa y cuando vio mis pechos ya sacó su pene duro. Froté mis senos en su cara y dejé que los chupara, luego froté mis senos en el pene de mi padrastro haciéndolo muy feliz. Y para hacerlo aún más satisfecho comencé a chupar su gran pene. Lo sostuve con ambas manos y lo besé y tragué muy sabroso.
El bastardo gemía fuertemente, me agarró el pelo con fuerza y me llamó puta. Chupé su pene deliciosamente, masajeé sus bolas y chupé su pene intensamente. Estaba acariciando mis grandes pechos y llamándome puta mientras yo chupaba bastante caliente. Hasta que se corrió en mi boca, podría haberme advertido que me preparara. Pero sin previo aviso vino y terminé tragando su leche fresca. Despues de ese dia el cabron esta aun mas enamorado de mi y ya le dije que si me da un auto me voy a acostar con el.
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