Llevaba un vestido corto y tuve sexo en el club. Esta fue la primera vez que tuve sexo en público, mucha gente terminó viéndolo, pero valió la pena de todos modos. Todo esto sucedió en Guadalajara, aquí hay un club nocturno famoso donde el dueño es un gran jefe del cartel. Y me dio mil dólares a cambio de sexo realmente bueno dentro de este club. Estaba lleno de gente ese día, era sábado y acepté porque tenía muchas ganas de ese dinero.
Como estaba haciendo esto con un jefe del Cartel, nadie se atrevió a mirar demasiado y tomar fotografías. Y me sentí como una prostituta porque mucha gente me terminó viendo haciendo esta locura. Mi nombre es Rafaela, tengo 19 años y soy una morena muy guapa y ardiente. Siempre voy a este club, entro sin pagar porque es muy bonito y nunca gasto dinero en tragos ya que siempre hay muchos hombres que me quieren invitar tragos. Y al final de la noche termino follándome a los más ricos.
Ese día, el dueño de la discoteca estaba allí en su palco reservado y rodeado de guardias de seguridad armados. Estuve en medio de la multitud bailando mucho, esa noche elegí el vestido más corto que tenía. Y este hombre no dejaba de mirarme, hasta que ordenó a uno de los guardias de seguridad que me llevara con él. Y cuando llegué ya me estaba sentando en su regazo y besándome la boca. No pude negarme y dejar que me besara.
Así que el bastardo me ofreció mil dólares a cambio de un muy buen sexo allí mismo. En la cabaña estaba él y sus amigos, además de los guardias de seguridad y todos podían verlo. Tomé el dinero y pregunté si podíamos ir a su casa, pero el bastardo quería tener sexo en su club. Estaba levantando mi vestido y pasando su mano por mi coño. Me agarró las bragas, me las arrancó y las tiró al suelo. Luego se sacó el pene y me dijo que se lo chupara.
Yo no quería hacer eso allí y dije que en medio de tanta gente no podría hacer eso. Luego me tiró del pelo y dijo que no podía negarme y que no me devolvería el dinero. Me asusté y comencé a chuparle el pene. Me tiraba del pelo y decía que yo era la más guapa del pueblo y que mi sexo oral era muy sabroso. Luego me pidió que me sentara en su regazo y tuve que hacerlo. Levantó mi vestido hasta la cintura y fue penetrando mi coño.
Fue la primera vez que tuve sexo en público, y confieso que me incomodó un poco. Pero recordé que tenía mil dólares guardados en mi bolso. Así que me senté aún más fuerte para ver si se corría rápido y mi plan funcionó. El cabrón se burló de mí y me dijo que me fuera, me bajé el vestido y me fui a casa porque todos me miraban. Me di una buena ducha y miré todo ese dinero, era una situación bastante loca, pero terminé disfrutándolo porque era muy rentable. Pero no tendría el corazón para hacerlo de nuevo.
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