Me acosté con un ladrón para evitar que me robaran

Te voy a contar lo que me pasó hace unos meses, acabé teniendo sexo con un travieso ladrón que quería robarme el móvil. Salía del trabajo un jueves por la noche y cuando fui a subir a mi coche sentí una pistola entre la espalda. Y el ladrón dijo que quería mi teléfono móvil y las llaves del coche. Pero no podía entregar todo así. Porque necesitaba ese móvil para el trabajo y también para mi coche.

Y le dije que no le entregaría nada, así que intentó cogerlo a la fuerza y le sujeté con fuerza y le agarré. Intentó apartarme pero le agarré con fuerza y no le solté por nada del mundo. Y en esta pelea logré quitarle la máscara y vi que era un chico muy hermoso, que no necesitaba llevar esta vida de bandido. Y trató de empujarme y yo le dije que no me iba a dejar ir y traté de gritar.

Entonces usó aún más fuerza y como la puerta del coche estaba abierta me empujó dentro y se metió también. Y empezamos a pelearnos dentro del coche y acabé agarrándolo más fuerte y de repente empezamos a besarnos. Intentó salir y empecé a besar su boca hasta que se detuvo y me devolvió el beso. Frotó su mano sobre mis pechos y esto me puso muy cachonda. Nos dirigimos al asiento trasero todavía un poco confusos y fue allí donde acabó sucediendo todo.

Tener sexo con un ladrón travieso

Este bribón sacó su gran pene y estuvo tocando mi coño. Yo estaba todo desnudo estaba besando su boca y se sentó en su regazo. Y el friki me penetraba el coño con fuerza y me llamaba traviesa. Y yo besaba su boca y me agarraba fuerte a su cuello para no tener el riesgo de que intentara alejarse de mí. Porque estaba teniendo sexo con un ladrón y era una sensación muy buena. Creo que como he estado casado durante tanto tiempo lo necesitaba.

Y este joven bribón me chupaba los pechos e incluso me mordía los pezones. Y sus dedos entraban juntos en mi coño y en mi culo, poniéndome aún más cachonda. Era realmente un joven muy caliente y yo estaba disfrutando al máximo del sexo con este bribón. No sabía cuándo volvería a verlo y tenía que aprovechar esta oportunidad. Porque la vida con mi marido era muy aburrida y sin emociones.

Y este joven forajido que me penetraba era demasiado sabroso. Le pedí que me pusiera a cuatro patas, con mi gran culo en alto y se puso detrás de mí. Me sujetó el culo y fue penetrando su pene con fuerza y acabé disfrutando mucho. Después de ese día le compré un teléfono móvil y le pedí que dejara de robar. Y se convirtió en mi amante durante mucho tiempo, pero ya sabes cómo es, los bandidos no tienen ley y el bastardo un día desapareció.