Mi amigo y yo nos follamos a la fuerza al vecino gay. Esta historia es realmente bastante loca y te vas a divertir mucho leyendo todo esto. Se trata del día en que mi mejor amigo y yo decidimos robar la casa de mi vecino. Su nombre es Manuel, es un hombre de 43 años que vive solo en la casa de al lado. Es gay y tiene un novio muy joven, le gustan los chicos más jóvenes porque siempre le dan mucho placer y están llenos de energía.
Tiene dinero porque ha trabajado para el gobierno toda su vida para poder ganar un buen dinero. Esto es lo que estaba despertando mi interés y el de mi amigo. Como queríamos dinero y sabíamos que lo tenía, decidimos asaltar su casa. Como vivo al lado, sería muy fácil organizar todo para que pudiéramos llevar a cabo el robo y obtener un buen dinero de este hombre gay. Y un día me enteré de que se iba a ir todo el fin de semana.
Así tendríamos el momento ideal para entrar en tu casa y llevar a cabo el robo. Así que llegó el sábado por la noche, mi amigo se fue a dormir a mi casa. Con mucho cuidado nos despertamos en medio de la noche sin hacer ningún ruido. Después de todo, todavía vivo con mis padres, no quería despertarlos en medio de la noche. Así que mi amigo y yo saltamos el muro y entramos a la casa de mi vecino por la puerta trasera. Mi amigo sabe cómo abrir puertas sin necesidad de llave. Entramos y sin hacer ruido subimos a su habitación.
Y cuando entramos en la habitación nos asustamos, el cabrón estaba ahí, despierto y masturbándose. Me asusté mucho y gritó mi nombre. No le respondí, agarré mi pistola de juguete y le apunté. Le dije que se callara, pero el cabrón dijo que me reconoció por el tatuaje en la muñeca, ni me acordé de ocultar ese detalle. Entonces estaría perdido, porque definitivamente les diría a mis padres que irrumpí en su casa.
Mi amigo me sorprendió, se acercó al vecino y le di un puñetazo en la cara, lo acosté boca abajo y le amarré las manos. Luego se sacó el pene y dijo que le daría mucho placer al vecino y a cambio nunca se lo contaría a nadie. El bastardo luego penetró el culo del vecino y este gritaba pidiendo ayuda. Le dije a mi amigo que se bajara de él, pero el cabrón me penetraba cada vez más. Y el vecino dejó de gritar pidiendo ayuda y comenzó a decir que estaba muy rico.
Y hasta dijo que si yo también le penetraba el culo, no le diría nada a nadie y hasta nos daría algo de dinero. En ese momento no tuve elección, era eso o que él les dijera a mis padres que intenté robar en su casa. Saqué mi pene y se lo metí en la boca, mientras mi amigo le penetraba el culo al bastardo. Luego cambiamos y fui penetrando el culo de la vecina hasta correrme dentro de ella. Todos lo pasamos bien y al final gané 100 dólares y el vecino dijo que siempre me daría dinero a cambio de sexo. La noche no terminó como había planeado, pero podría haber sido mucho peor.
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