Mi cuñado me esposó y me penetró con fuerza

Mi cuñado me esposó y me penetró fuertemente y os voy a contar cómo acabó todo. Me llamo Isadora, tengo 19 años y acabé teniendo sexo con mi cuñado pervertido. Se llama Glauco, marido de mi hermana mayor, últimamente ha empezado a mirarme de forma diferente, alabando demasiado. Me di cuenta de que realmente quería algo de mí. Como es el marido de mi hermana, no le di mi confianza, y cada vez que el sinvergüenza me hacía un cumplido ni siquiera le miraba a la cara.

Vivimos en la misma casa, porque mis padres viven en una casa muy grande aquí en Guadalajara. Y mi hermana está construyendo su nueva casa, así que están pasando tiempo aquí. Y ya no soportaba a Glauco, estaba muy cachondo y su mujer ni se enteraba. Un día mi hermana tuvo que ir al centro a hacer unas compras y me dejó sola con su marido en casa. Mis padres se habían ido a trabajar y yo ya había vuelto de la universidad. Fui a la sala de estar a ver la televisión y él entró, se sentó a mi lado y empezó a decir que yo era la chica más guapa y sexy de la ciudad.

Ni siquiera le miré, hice como si no estuviera escuchando, pero entonces se acercó pasando su mano por mis piernas. Le di una fuerte bofetada en la cara y le dije que no volviera a hacer eso. Pensé que se había rendido, pero entonces sacó unas esposas y quiso cogerme las manos. Le di una bofetada, pero él era mucho más fuerte, yo era una chica joven y delgada y él era un hombre alto y fuerte. Me puso boca abajo y consiguió esposar mis manos. Me dijo que me callara y no grité porque a esa hora no debía haber vecinos en casa.

Le dije que se lo contaría todo a mis padres y a su mujer, y el cabrón dijo que no le importaba. Sacó su gran polla y siguió frotándola en mi culo. Hasta que me quitó los calzoncillos y me quedé sin bragas. Pasó unos minutos mirando mi culo, frotando sus manos en él y diciendo todo el tiempo que era muy sabroso. Estuve luchando todo el tiempo para que se detuviera hasta que el bribón empezó a chuparme el coño. Lo lamió durante unos 5 minutos y empecé a ponerme muy cachondo.

Aunque fue sexo oral contra mi voluntad tengo que confesar que fue muy sabroso. La forma en que me la chupaba era diferente, y los chicos de mi edad nunca lograban hacerlo. Siguió chupándome y dejé de forcejear, incluso abrí más las piernas para que siguiera chupando. Y el hecho de estar atado empezó a ponerme muy cachondo. No pude resistirme y acabé gimiendo y pidiéndole que me metiera la polla. Le cogí por sorpresa, pero se puso muy contento y empezó a meter su polla dentro de mí.

Dijo que sabía que me gustaría porque su polla era muy grande y deliciosa. Y estaba penetrando su gran polla dentro de mi coño dejándome extremadamente mojada. Después me levantó y conseguí sentarme sobre su polla, aún con las manos atadas me revolcaba sobre el cabrón. Y lo disfrutó tanto que tuvo que seguir penetrándome porque quería follar más tiempo, y yo seguí sentada hasta que lo disfruté también. Al principio fue en contra de mi voluntad, pero luego empecé a disfrutar demasiado de este sexo caliente hecho con mi cuñado travieso.