Mi tía me ató las manos y se sentó en mi pene. Esta experiencia con mi tía traviesa fue muy agradable, ella quería sexo salvaje y tenía muchas ganas de follar conmigo. Pero como no creo que sea bonita, nunca quise tener sexo con ella. Mi nombre es Artur, vivo en Tijuana con mi tía Dolores, ella tiene 62 años. Es un poco gordita, tiene unos pechos enormes y no es bonita, vivo con ella desde hace 3 años.
Como conseguí un buen trabajo aquí en Tijuana y mi tía vive sola en su casa, vivo con ella. Mi tío se fue hace años y desde entonces vive sola. Solía venir a visitarla todo el tiempo, pero ahora tengo 19 años, tengo un gran trabajo y vivo con ella en su casa. Ayudo con los gastos, la limpieza e incluso preparo el almuerzo y la cena a veces cuando está muy cansada. Recientemente, hace unos 4 meses, mi tía comenzó a jugar juegos que no eran agradables.
Empezó a pasar su mano por mi pene, comenzó a caminar desnuda por la casa y dos veces trató de ir al baño y chuparme la polla. La amenacé con salir de su casa y ella se asustó, después de eso dejó de jugar. Y seguí viviendo con ella. Pero un día estaba durmiendo y cuando desperté mi tía me estaba chupando el pene. Intenté salir pero no había manera, la perra me había atado las manos a la cama.
Como mi sueño es pesado e intenso, ni siquiera la sentí entrar a la habitación y sostener mis manos en la cabecera de la cama. Yo me retorcía tratando de escapar pero no había manera, ella había hecho un nudo muy apretado en la cuerda y no me daba para soltarme. Le supliqué que dejara de chuparme los centavos, pero no lo hizo. Entonces, después de unos 10 minutos tratando de salir, me detuve porque ya había agotado mis fuerzas. Y mi tía, toda feliz, me seguía chupando el pene, y él empezó a meterse todo y ella empezó a chupar más y a reírse.
Entonces la traviesa, ya sin ropa, comenzó a sentarse encima de él y estaba restregando sus enormes pechos en mi boca. Intenté quitarme la cara, pero ella estaba encima, yo estaba atrapado, así que aprovechó y me puso a chuparle las tetas. Al mismo tiempo se sentó intensamente sobre mi pene y comencé a ponerme cachondo con ese coñito húmedo y delicioso de mi tía.
Ella vio que lo estaba disfrutando y me preguntó si podía quitarme la cuerda, le dije que sí. Cuando desató el nudo con la cuerda me solté pero no dejé de follarle el coño. Tiré de su cabello con fuerza y le dije que nunca más volviera a hacer eso y estaba penetrando su coño muy fuerte. Luego ella se puso a cuatro patas y yo estaba golpeando fuerte en su culo mientras penetraba aún más su coño caliente. Terminé corriéndome en el coño de mi tía y la hice correrse también. Después de esa mañana loca empiezo a tener sexo con ella cuando quiere.
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