Penetré el culo de dos jóvenes prostitutas lesbianas y terminé disfrutando intensamente con este sexo caliente. Mi nombre es César y tengo 43 años, soy un hombre de familia y tengo una hermosa esposa. Pero debido a la rutina del trabajo mi mujer principalmente acaba llegando siempre a casa cansada, después del segundo hijo la casa estaba llena, mucho desorden y esto hace que nuestros momentos de sexo sean cada vez más escasos. Y acabé poniéndome como una loca cachonda porque antes de tener hijos teníamos sexo al menos 4 veces a la semana, hoy en día son 4 veces al mes.
Así que decidí hacer algo, tenía algo de dinero guardado en secreto y mi mujer no sabía que tenía ese dinero. Había ahorrado y ahorrado mucho y tenía 1000 dólares guardados en secreto y decidí pasar a la acción. Un día mi mujer y nuestros hijos tuvieron que viajar, mi suegra estaba enferma y necesitaba que alguien la cuidara durante unos días. Y mi mujer iba al mismo tiempo y se quedaba 2 días fuera de casa y yo tenía un descanso de la mujer y los niños. Así que decidí entrar en un sitio de prostitutas y vi a dos hermosas rubias lesbianas traviesas.
Y así llamé a hermosas mujeres calientes y traviesas, llegaron por la tarde, era un día de sábado y yo estaba solo en casa. Ya había comprado tequila y me había bebido la mitad. Estaba muy excitado, y llegaron las chicas traviesas, dos hermosas rubias con vestidos cortos, les ofrecí tequila y bebieron conmigo y escuchamos música mientras se intercambiaban lentamente besos calientes y se quitaban la ropa. Y yo estaba muy cachondo viendo a estas putas desnudas besándose delante de mí. Era como ver una película porno en directo y me encantaba.
Mientras se besaban e intercambiaban lametones en el coño y los pechos yo me masturbaba mirando a las putas. Hasta que una de ellas tiró de mí y me tiró a la alfombra, entonces siguieron besando mi boca y restregando sus hermosas y grandes tetas en mi cara. Me excité mucho y chupé esos pechos de silicona mientras también me besaban y acariciaban la polla. Entonces una de ellas se sentó con su culo en mi cara y yo le estaba chupando el culo y luego su apretado coño caliente.
Y la otra rubia traviesa estaba metiendo todo mi pene dentro de su coño caliente y apretado. Y mientras una de ellas estaba con su coño en mi boca al mismo tiempo la otra estaba sentada sobre mi polla. Se besaron e intercambiaron caricias calientes mientras una se metía la polla en el coño y la otra se lo lamía. Después de eso las chicas traviesas pronto estaban cuatro en la alfombra con sus sabrosos culos levantados dejándome loco de lujuria. Y me penetraba el pene en el coño uno y luego el otro.
Para disfrutar sabroso me miraron y dijeron que querían un sexo anal sabroso e intenso. Y me excité aún más, cogí a la safadinha que tenía el culo más grande y empecé a acariciar su culo caliente y fui penetrando mi pene dentro de su culo caliente y al mismo tiempo metía mis dedos en el culo de la otra. Poco después penetré a la otra traviesa y al final aún me corrí en la cara de las dos dejándolas sucias, fue el mejor momento de mi vida y valió la pena haber gastado los mil dólares.
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