Penetré el culo de mi profe a cambio de zapatillas nuevas. Hoy quiero contar una historia sobre el día que tuve sexo con mi antiguo maestro. Su nombre es María Rosario, tiene 62 años y es nuestra profesora de química aquí en una de las escuelas de Guadalajara. No es bonita, y es vieja, pero era bonita cuando era joven, una mujer bonita en verdad. Pero la edad llega para todos y la belleza también acaba desapareciendo con el tiempo.
Mi nombre es Ruan y todos me dicen Ruanito, tengo 18 años y ya casi me gradúo. Y mi maestra quería un recuerdo mío antes de que saliera de la escuela. Y con solo una semana para el final de las clases, me llamó cuando todos los demás ya se habían ido. Pensé que iba a mencionar mis notas que no eran muy buenas, pero quería hacerme una oferta. Dijo que me escuchó hablar con mis amigos sobre un nuevo zapato que había salido y que realmente quería. Pero no pude comprarlo porque era demasiado caro.
Le dije que realmente quería el zapato, pero era muy caro y no tenía todo ese dinero para pagar un solo zapato. Luego me preguntó si realmente lo quería y qué podía darme. Encontré esto muy extraño y le pregunté si me lo daría como regalo. Ella dijo que sí, pero que también tendría que comprarle un regalo, y entonces la niña traviesa me dijo que por el buen sexo me compraría las zapatillas que yo quería.
No pude negarme, es una vieja, no es bonita y todavía está un poco gordita. Pero por un zapato nuevo haría cualquier cosa que ella quisiera. Pero le dije que primero quería tenis y ese mismo día me acompañó a la tienda. Costó 600 dólares, carísimo para ser el lanzamiento de esta famosa marca cuyo nombre no puedo decir. Después de comprar las zapatillas nos subimos a su auto y fuimos a su casa, yo estaba muy agradecido, la abracé, la besé en la boca y tendría que hacer mucho más cuando llegara a su casa.
Al llegar a tu casa, la niña traviesa ya se estaba quitando el vestido y mostrándome el tamaño de su trasero. A pesar de ser vieja y gorda, tenía un trasero muy grande y bonito. Me desnudé y la niña traviesa comenzó a chuparme el pene. Después de un sexo oral muy sabroso ella comenzó a sentarse encima. Estaba abofeteando la cara de la vieja traviesa, tirando de su pelo y chupando sus pechos con fuerza mientras ella se sentaba de buena gana. Ella quería sexo salvaje y se puso a cuatro patas pidiéndome que le penetrara el culo.
Con calma penetré el culo de esa perra, pero era demasiado agradable hacer anal con ella y no pude penetrar lentamente. Empecé a golpear su gran culo y fui penetrando el pene con fuerza excitándola mucho. La traviesa gemía sabroso y mi polla entró con fuerza en su culo. Y luego ella terminó viniéndose y yo seguí empujando porque quería correrme. Pero estaba tomando demasiado tiempo y ella dijo que le dolía el culo y le pedí que se detuviera. Y no paré, me fui penetrando un rato y al final le ensucié el culo a ese travieso de leche.
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