Soy un profesor de química muy tarado por las putas jóvenes. Y tengo alumnos de 18 años que siempre me dejan pensando en sacanagens. Y hay un alumno en particular que siempre me deja muy entusiasmado. Su nombre es Carla, una maravillosa joven rubia que tiene unos pechos perfectos y un precioso y enorme culo redondo y se aseguró de enseñármelo todo. Como soy un viejo atractivo, las jóvenes me prefieren a los chicos de su edad. A las jóvenes de mi ciudad les gusta mucho un viejo muy caliente y experimentado.
Y esta deliciosa joven no pudo resistirse, estaba loca por poder contar a sus amigos que se acostó con el profesor. Y yo tenía que satisfacer su deseo sexual. Cuando mi mujer viajó tuve la casa liberada y tuve que aprovechar este momento. Llamé a la joven Carla a casa y vino toda safadinha lista para ser penetrada con fuerza en todos los lugares. Y estaba listo para tener sexo por primera vez con mi estudiante y disfrutaría mucho.
Este era un viejo deseo que siempre tuve, penetrar el coño de una niña traviesa. Y esta joven perfecta no sólo era traviesa, sino también muy caliente. Y yo realizaba esta fantasía sexual aprovechando la oportunidad de que la esposa había viajado. Y esta joven toca el timbre y yo contesto ya todo emocionado. Y veo a la hermosa joven con pantalones ajustados y ropa escotada conde daba a ver perfectamente como sus pechos eran también hermosos. La joven entró y se sentó en el sofá, le ofrecí una dosis de tequila para ir calentando el clima entre nosotros.
Le pedí a la joven que se quitara los vaqueros, se puso de espaldas a mí y me mostró su perfecto y redondo culo. Y para provocarme aún más, llevaba una braguita roja muy pequeña que me puso muy cachondo. Tomé otro trago de tequila y saqué mi pene. La joven estaba muy excitada y dijo que yo era un viejo muy sabroso y que quería dejarme la polla dolorida con un sexo muy sabroso. Y ya estaba metiendo mi pene en su boquita y me hizo la mejor mamada de mi vida.
Después de eso cogí la safadinha la llevé al suelo y le dije que se pusiera a cuatro patas. Y yo encajaba mi gran polla muy suavemente en el coño de esta joven rabuda que gemía de placer. Y yo metía y sacaba todo mi pene y repetía este proceso innumerables veces mientras le daba una palmada en el culo a esta joven perfecta. Casi lloraba de dolor y de calentura y tuvo que sujetarse con fuerza para no parecer una joven débil. .
Y yo estaba penetrando este delicioso y joven coño cada vez más fuerte. Y ella con su redondo culo enrojecido por haber recibido una fuerte bofetada. Acabé teniendo un súper orgasmo y le dejé el coño todo sucio de leche. Dijo que se iba a sentar y se revolcó sobre mi polla haciendo que me corriera por segunda vez en menos de media hora. Fue el sexo más delicioso que he tenido nunca y recuerdo hasta hoy lo que sentí al tener sexo con esta joven delicia. Se graduó y se mudó a otra ciudad, la extraño y recuerdo ese sexo intenso que tuvimos mientras mi esposa estaba de viaje.
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