Tomé un paseo de un viejo que me obligó a hacer una mamada

Me llevó un anciano que me obligó a hacerle una mamada. No quería hacerlo, pero realmente no tenía otra opción, en ese momento odiaba chuparle la polla a un viejo. Pero no voy a mentir, fue una buena historia y su pene estaba bastante caliente. No era como esos viejos con penes pequeños y suaves, su pene era mucho más grande que el de mi novio y más grueso. Nunca había visto un pene tan grande, la verdad es que lo bueno es que solo quería una mamada.

Si quisiera sexo completo no lo conseguiría, al menos tendría el coño muy magullado. Pero le hice la mamada y le gustó mucho porque le puse muy excitado a ese cabrón. Incluso me dijo que era el mejor sexo oral que había recibido en su vida. Mi nombre es Ana, tengo 22 años y vivo en Taxco, vivo con mis padres y en la casa de al lado, el señor Rubens. Un hombre de 68 años, es viudo, y un caballero muy agradable y amable.

Hace 2 semanas comencé a trabajar en una tienda de ropa al otro lado de la ciudad. Y el Sr. Rubens tiene un negocio en esa región y comencé a hacer autostop con él. Y han pasado 2 semanas desde que he estado dando un paseo con él y ahorrando el dinero del autobús que me paga la compañía. Y le estoy muy agradecido a este viejo bastardo, lo único que hacía mi padre era darle 200 dólares al mes y ayudarlo con la gasolina de su carro.

Tomé un paseo de un viejo que me obligó a hacer una mamada

Pero un día este señor me dio este dinero, era un lunes. Me dio ese dinero y dijo que me empezaría a dar los 200 reales que le paga mi padre. Dije que no lo necesitaba, pero él insistió, así que le agradecí y tomé el dinero, todavía pensando que era muy extraño. Cuando tomó el dinero, condujo un poco más y se detuvo en una calle ligeramente oscura. Se estaba sacando el pene y comencé a preguntarle si se estaba volviendo loco y dijo que no. Me preguntó si quería ganar dinero y le dije que sí, así que me dijo que lo chupara.

Nuevamente me negué, abrió la puerta del auto y dijo que podía irme y nunca más contar con su ayuda. Era de noche, estaba lejos de casa y no quería alejarme. Así que dije que acepté, y su pene creció de tamaño, sorprendiéndome. Entonces comencé a chupar y él estaba sosteniendo mi cabello diciendo que mi mamada estaba muy rica. Dejé de amamantar y le pregunté si estaba bien, dijo que tenía que correrse primero.

Así que seguí chupando más y más ese enorme pene que no me cabía en la boca. Y yo estaba chupando y acariciando las bolas de este cabrón dejándolo sumamente excitado. Fue un sexo oral muy sabroso y después de casi 20 minutos chupándoselo al viejo se corrió en mi boca. Me tragué todo y no le dije nada, entré a la casa y fui directo a ducharme. Todavía no he dado un paseo con él después de eso, pero estoy considerando seriamente tomar uno de nuevo.