Tuve sexo en el baño de la escuela con el profesor rico. Esta experiencia sin duda fue muy buena, tuve un orgasmo intenso y muy sabroso. Mi nombre es Esmeralda, tengo 18 años y estoy por dejar la escuela, terminando mi último año. Y como ya tengo 18 años, comencé un nuevo trabajo. Salí de la tienda de mi tía y ahora trabajo sola, como soy una joven hermosa estoy ganando un buen dinero con el sexo. Para que se den una idea de cuanto es, en solo un mes gane casi 5 mil dolares.
Por supuesto que tuve que trabajar mucho, no fue fácil, pero lo logré. Soy una mujer joven con un cuerpo perfecto, un rostro hermoso y los padres de mis amigos están locos por mí. De hecho, todos los hombres de la ciudad piensan que soy hermosa, como la ciudad es pequeña, no tengo mucha competencia. Trabajaba en la tienda de ropa de mi tía, pero el salario era muy bajo y todavía me pagaba en pesos mexicanos. Así que no valió la pena para mí, así que decidí salir y ganar mi propio dinero.
Y ya en el primer mes de trabajar como prostituta gané casi 2 mil dólares. Después de 6 meses ya tengo mucho dinero ahorrado, ayudo a mi familia y ahora tengo más dinero que mis padres. Creen que estoy ganando dinero publicitando marcas famosas en tik tok, eso les dije. Que soy influencer digital y trabajo con internet en redes sociales.
Conocí a una mujer aquí en mi ciudad que también es prostituta. Ella ya es mayor, es la que más dinero ganaba, y me dio sus contactos, ella se queda con una parte del dinero y yo me llevo la otra. Así que estamos ganando mucho dinero con el sexo. Yo soy el que hace el trabajo duro, pero ella es la que me dirige a los clientes y el motel donde hago mi trabajo le pertenece a ella. Un trabajo muy lucrativo y difícil, porque tengo que enfrentarme a todo tipo de hombres, él solo necesita tener el dinero.
Y un día terminé teniendo sexo con el director de la escuela. Jamie, es viejo, tiene 54 años. Buscó a mi proxeneta y ella me recomendó mis servicios, y un día me llamó a su oficina y me dijo que quería follarme. Terminamos yendo a su baño donde nadie podía vernos. Empecé a chupar el pene de este viejo travieso, luego me quité el uniforme escolar y comencé a sentarme en el regazo del viejo. Besó mi boca y dijo que iba a cambiar todos los puntajes de mis exámenes.
Yo estaba muy feliz por eso e insistí en tener un sexo muy sabroso con este viejo travieso. Después de sentarme en su pene, me puse a cuatro patas en el piso, comenzó a penetrarme y duró solo 3 minutos y se corrió. Me limpié y regresé al salón de clases como si nada hubiera pasado. Ahora ya ni siquiera necesito tomar las pruebas porque mi director encuentra la manera de ayudarme, a cambio le doy mucho placer con mi delicioso coño mágico.
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