Soy conductor de lanchas y trabajo aquí en Buzios, y alquilo mi lancha para que la gente se vaya de giras y esas fiestas llenas de cabronazos. Y os voy a contar una experiencia donde tuve sexo en el barco con 4 chicas borrachas muy traviesas y calientes. Estaban bastante locos y necesitaban un hombre fuerte capaz de recibir el golpe y follar a las 4.
Y ese alguien resulto ser yo, un hombre de 43 años, casado, pero que no puede ser fiel en este día. Estas jóvenes vinieron a contratar mi servicio. Y el trabajo sería pasar toda la tarde con ellos, paseando por los lugares turísticos y dejándolos de fiesta en alta mar. Y entraron 4 hermosas y locas ninfetinhas para disfrutar de una fiesta en alta mar.
Y nos fuimos paseando por la costa y pasando por los lugares turísticos. Y luego quisieron quedarse en alta mar, más aislados de los otros barcos. Y empezaron a beber mucho, a escuchar funk ya volverse locos. Me ofrecieron un trago y terminé tomándolo. Y de la nada vi a estas jóvenes besándose y acariciándose mientras se volvían locas.
Eso me estaba volviendo loco de lujuria. Nunca había visto una escena así, 4 hermosas chicas en bikini en el mayor beso. Intercambiaron muchos besos y el asunto se les fue de las manos. Comenzaron a quitarse los bikinis y se acostaron en el suelo y comenzaron a rodar. Creo que fue la droga que usaron con el vodka.
Y las 4 peladinhas estaban intercambiando golpes intensos. Había un zumbido inusual y yo estaba con la boca abierta viéndolo todo. Y me vieron y me invitaron a participar. Estaba un poco avergonzado, pero verlos tener sexo unos minutos más me hizo cambiar de opinión. Fui allí toda tímida y pronto me quitaron la ropa junto con la timidez.
Y empezaron a chupar mi polla dura. Estaba en el paraíso, después de años de trabajar allí estaba siendo recompensado. Y lo estaba disfrutando mucho, nunca había tenido esta experiencia de tener una orgía con bellas ninfas. Se besaron mientras me chupaban la polla. Y luego fui al suelo con ellos y las zorras se turnaron para rebotar en mi pene.
Estaba loco de placer por este sexo en el barco. Y uno a la vez se iba sentando en mi pene mientras los demás chupaban intensamente. Había una verdadera queja en alta mar. Y me encantaba todo, porque era tan delicioso. Incluso pensé que estaba soñando. Pero para mi felicidad todo era verdad.
Aprecio las fiestas, las drogas y las bebidas que volvieron tan locas a estas jóvenes. Porque si estuvieran sobrios nunca tendrían sexo en el barco y aun así me llamarían. Así que tendría que aprovecharlo al máximo y estaba repartiendo penes a todas estas ninfas borrachas. Y me dejaron follarlas durante horas y horas, realmente fue una putada increíble y nunca olvidaré este hermoso y loco día.
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