Esposé a mi hermana y le penetré el coño. Estaba muy excitado y no podía controlarlo. Me llamo André, tengo 22 años y os voy a contar el día que acabé teniendo sexo caliente con mi propia hermana. Una joven y encantadora belleza de sólo 19 años, no pude resistir la lujuria que sentía por ella, y todo empezó cuando un día la vi bañándose. Después de que mi hermana cumpliera 19 años, empezó a ir al gimnasio a hacer ejercicio y se puso muy caliente.
Y ya no pude resistir el deseo que sentía por ella. Realmente necesitaba tener sexo con esta deliciosa jovencita. Y un día nuestros padres viajaron y pude tener este momento con mi hermana. Al principio confieso que no quería, pero logré convencerla y hasta disfrutamos juntos durante este delicioso incesto. Era un domingo por la tarde, ella dormía sólo con las bragas puestas y eso era mucho para mí, cogí unas esposas que tenía en mi habitación cuando las usaba con mi ex novia y subí a su habitación.
Y cuando la abrí, ya estaba acercándome y poniendo mi mano en su culo caliente. Y le apreté el culo porque estaba muy excitado y ella ya se estaba despertando. Pero yo fui inteligente y rápido, le esposé las manos y la dejé esposada. Se despertó pero yo ya le estaba quitando las bragas y empecé a chuparle el coño, intentó zafarse pero fue inútil porque estaba atrapada. Y le estuve chupando su delicioso coño y en poco tiempo le empezó a gustar y me pidió más.
Dejé de chupar y empecé a meterle la polla en el coño, y también le quité las esposas de las manos para ver si realmente lo estaba disfrutando. Y me sorprendió, me tiró en la cama y se puso encima de mí y empezó a rodar sobre mi polla. Yo estaba muy excitado y le daba palmadas en el culo caliente y acabé corriéndome en su delicioso coño. Hice disfrutar mucho al travieso también y este incesto fue también el mejor sexo de mi vida.
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