Perdí mi virginidad con un repartidor de pizza. Mi nombre es Marcela, solo tengo 18 años y terminé teniendo sexo con un extraño. Estaba solo en casa y no me pude resistir, el repartidor de pizzas era Lucas, un chico mayor al que siempre quise besar. Vive cerca de casa, tiene novia y nunca me ha prestado mucha atención. Pero crecí y después de eso le empezaron a gustar mis fotos en Instagram. Y un día terminé entregándome a él. Y tuve el mejor momento sexual de mi vida, de hecho fue el único desde antes que nunca había hecho nada. Y te cuento todo aquí sobre mi primera vez.
Era sábado, mis padres se habían ido de viaje, mi tío estaba enfermo, lo iban a operar y se fueron. Decidí quedarme porque trabajo y estudio y el fin de semana quería descansar. Dejaron dinero y pedí una pizza, eran como las 8 de la noche. Y fue entonces cuando Lucas entró en mi historia, era el repartidor de pizzas. Estaba en pijama y muy bajita para ser honesta, le entregué el dinero a Lucas y me dijo que cada día estaba más hermosa y más sexy. No pude resistirme a este cumplido y como resultado terminé besándola en la boca. Como su novia me odia y yo la odio a ella, ella quería hacer eso y quedarse con ese bastardo.
Sin embargo, el clima se estaba calentando mucho y de los besos terminamos pasando a algo aún más interesante. Me sacó los senos y comenzó a chuparlos. Mis pechos son pequeños, y él estaba chupando fuerte, casi haciendo un puchero. Después de eso le dije que nunca antes había tenido sexo. Me dio una sonrisa y dijo que sería muy cariñoso conmigo. Me quitó la camisa y yo estaba solo en mis bragas, luego me las quitó muy lentamente. Me acosté en el sofá y comenzó a chuparme el coño muy lentamente. Estaba sosteniendo las almohadas y retorciéndose con tanta lujuria, porque realmente era muy sabroso.
Poco después, este bastardo sacó su enorme pene y me preguntó si alguna vez había chupado el pene. Dije que sí, sostuve esa enorme polla caliente con ambas manos y la estaba acariciando excitándolo mucho. Poco después, el travieso me la sacó de la boca, me abrió las piernas y muy lentamente penetró su pene. Confieso que le dolía mucho, y le quemaba también, su pene era muy grande, pero tenía mucho cuidado, penetrando lo más lento que podía. Estaba locamente caliente, después de eso me acosté de lado. Se agarró con fuerza a mis pequeños pechos y estaba penetrando mi coño de nuevo.
Tuve que pedirle que parara un rato, porque me dolía mucho y quería descansar. Luego terminamos comiendo un poco de pizza y hablando. Aprovechó para rasgarse la ropa porque le iba a decir a su jefe que había tenido un accidente y que el chofer no lo había ayudado. Después de eso volvió y me desnudé de nuevo y seguimos teniendo sexo. Esta vez me senté en su pene y muy lentamente me senté mientras besaba su boca. Era demasiado sabroso su pene entrando en mi coño.
Nuevamente me acosté, era más cómodo, me agarró las piernas y siguió penetrando sin alboroto. Yo estaba acariciando mis pechos mientras dejaba que él siguiera empujando su pene dentro de mi coño. Hasta que llegó y empezó a untarme con leche fresca. Para hacerme venir estaba acariciando y penetrando mi coño con su dedo. Rápido y duro y terminé teniendo un orgasmo muy agradable durante mi primera relación sexual. Fue maravilloso follar con el repartidor de pizzas que me quitó la virginidad.
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