Tengo 58 años y me sigue gustando follar con chicas de 18. Y mi historia es sobre el día que terminé teniendo sexo con la hija de mi amigo y vecino Mauricio. Vive al lado y tiene una hija guapísima traviesa, jovencita de cuerpo perfecto.Estoy loco por ella. Su nombre es Marcela, una preciosa morena, tiene unos bonitos pechos y un gran culo. Y ella es flaca perfecta y siempre me excita mucho más. Y tenía muchas ganas de follarme a esta joven perfecta.
Pero ella no quería tener nada que ver conmigo, porque soy un hombre soltero, viejo y nada atractivo. Aparte de mi dinero, eso me hace muy atractivo. Me casé con una mujer de una familia muy rica, ella estuvo antes que yo en un accidente automovilístico y su fortuna se quedó conmigo. Pasado el momento del luto decidí disfrutar de la vida, no teníamos hijos ni sobrinos. Necesitaba gastar ese dinero, no era tanto, pero viviría bien por mucho tiempo. Y como sé que no me queda mucho, decidí combinar la cuestión de tener placer y ayudar a los demás.
Y decidí pagarle a los jóvenes para tener sexo conmigo, y me hice famoso aquí en la ciudad porque pagué mucho dinero. Siempre llevé a jóvenes de 18 años, que no tienen riesgo de causar ningún problema y aún son jóvenes y perfectos, tal como me gustan. Pero lo que realmente quería era a Marcela, la hija de mi vecino, y me enteré que ella tenía muchas ganas de comprar un auto y que, sumando el dinero que tenía, solo le quedaban 2.000 dólares para conseguirlo. Era mucho dinero para ella, pero no para mí y decidí ayudarla.
Un día decidí llamarla a mi casa, claro que esperé a que sus padres salieran a trabajar. Y antes de que ella también se fuera a su trabajo, la llamé a mi casa. Como es muy educada, vino a la misma hora, empezamos a hablar y me decía que fuera directo al punto que ella necesitaba ir a trabajar. Entonces le dije que con un carro sería mucho más fácil y ella dijo que casi podía comprarlo. Le pregunté por qué no comprarlo hoy y me dijo que faltaban los $2,000. Le mostré todo ese dinero y le dije que era suyo.
La joven se asombró y en un principio no aceptó, se fue a su trabajo porque sabía cuál sería mi propuesta, ni siquiera quería escuchar. Pero por la noche, cuando llegaba del trabajo, pasaba por mi casa antes de ir a casa de sus padres. Abrí la puerta feliz y ella me dijo que quería el dinero y que tenía que mantenerlo en secreto. Cuando dije que sí, me besó en la boca y me empujó hacia adentro. Fuimos a la sala y me pidió el dinero, se lo entregué y ella lo guardó en su cartera, me dio una bofetada y me colgó diciendo que si le decía a alguien lo que íbamos a hacer me pegaba.
Luego estaba sacando mi pene y chupando intensamente excitándome mucho. Me hizo un sexo oral muy rico y me dejó cachondo ahí arriba. Luego se quitó la blusa y frotó sus hermosos y enormes pechos en mi cara, se quitó los pantalones y comencé a chuparle el coño y su hermoso culo. En la secuencia ella se acuesta en el sofá y empiezo a penetrar su coño en varias posiciones. Incluso se sentó en mi polla y de nuevo frotó sus pechos en mi cara y me corrí muy feliz. Se volvió adicta al dinero fácil y no paró solo ese día.
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