Tuve sexo anal con la directora de la escuela y disfruté del culo de esa mujer traviesa. Mi nombre es Rodrigo, tengo 18 años y les estaré contando un poco de esta aventura sexual que tuve. Estoy en el último año de la escuela, a punto de tomar el examen de ingreso e ir a la universidad. Pero confieso que soy un poco terco, bromeo, hago un lío en la escuela y un día terminé siendo expulsado por golpear a un amigo. Me estaba molestando y tuve que darle un buen puñetazo en la boca. Y por eso sería expulsado.
Inmediatamente fui a la oficina de la Directora, su nombre es Helena, es amiga de mi mamá. Y pensé que me iba a ayudar, pero dijo que me iban a expulsar y que no podía ayudarme. Estaría en un gran problema porque mi mamá ya no me dejaría conducir su auto como castigo. Y le había dicho a una hermosa joven de mi clase que íbamos a salir en el auto al final de la semana y tener mucho sexo. Estaba enamorado de esta chica y mis planes se arruinarían.
Así que terminé tomando una medida desesperada, ya que sé que el marido de Helena es viejo y no folla caliente. Quería darle algo que sé que ella realmente quería. Me levanté de la silla y le dije que no aceptaría que me expulsaran y que sabía que ella no me expulsaría. Ella dijo que lo haría, así que me acerqué a ella y saqué mi pene. El travieso se quedó en silencio, mirando mi pene.
Tiré de su cabello y agresivamente puse mi pene en su boca. Se emocionó mucho y comenzó a chupar mi pene. Sostuve su cabello aún más fuerte y le dije que me iba a follar su coño y su culo caliente sin problemas y que a cambio ella no me echaría. Luego dejó de chuparme y dijo que aceptaba el trato, se levantó la falda y me mostró su gran trasero.
La directora traviesa estaba acostada sobre la mesa, le quité las bragas y comencé a penetrar su coño sin adornos. Esto dejo a la mujer traviesa extremadamente excitada y yo estaba penetrando duro el coño de la traviesa. Abrí su camisa abotonada y acaricié sus grandes pechos, mientras mi pene entraba con fuerza dentro de su coño. La traviesa gimió fuerte y dijo que yo estaba muy caliente y que quería practicar sexo anal conmigo en ese momento.
Nos acercamos a un sofá de su salón y la traviesa se puso a cuatro patas con su gran culo al aire. La tomé por detrás, estaba apretando su gran culo y penetrando su culo caliente sin frescura. Golpeé este culo travieso con fuerza y la maldije mientras mi polla entraba en su culo con fuerza. Hice disfrutar a mi travieso director de este intenso sexo anal. Y hasta me dejó untarle el culo con leche fresca, y después de ese día tuve que follarme varias veces a esa zorra para que no me echaran del colegio.
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