Mi madrastra me dio un tranquilizante y se sentó en mi polla. Te cuento todo sobre el día que me corrí en el coño de mi madrastra. Una zorra madura de 45 años que tenía muchas ganas de sentarse en mi pene. Y para eso me dio un tranquilizante, puso una dosis muy grande en mi jugo y se sentó en mi polla. El caso es que estoy acostumbrado a tomar tranquilizantes, así que me quedé despierto, pero me hice el dormido para ver qué hacía.
Y quedé muy sorprendida y emocionada, les estaré contando un poco de ese día que penetré en esta deliciosa traviesa. Mi nombre es Pedro, tengo 20 años y vivo con mi padre y mi madrastra Isabel. Ella es mi madrastra, ya tiene 15 años, la considero mi madre. Pero con el tiempo ella no solo quería ser mi madrastra, quería mucho más porque mi padre no podía complacerla por ser demasiado mayor.
Así que un día mi padre terminó de viaje y me dejó a cargo de la casa. Mi madrastra llevaba unos días sin sexo y decidió que me iba a follar. Pero estaba segura de que nunca querría tener sexo con ella, después de todo, ella es la esposa de mi padre. Pero si te soy sincero, si alguna vez me lo pidiera, me la follaría. Pero ese día ella decidió ponerme un tranquilizante en mi jugo y yo estaba muy relajado, me fui a mi habitación y fingí que estaba durmiendo.
Vi la hora en que se puso el tranquilizante y conozco el sabor, fingí que no había visto nada y bebí como 2 vasos de jugo. Luego fui a la habitación y después de media hora vino ella. Yo tenía los ojos cerrados, pero todavía despierto, ella se vino con calma, me acarició la cara y luego me sacó el pene. Él ya estaba muy duro y ella estaba toda feliz y comenzó a chuparlo de buena gana. Yo estaba muy emocionado con esta traviesa chupándome la polla con ganas, ella estaba muy feliz, luego se quitó la ropa y comenzó a sentarse encima de él.
La traviesa gemía muy sabroso y suavemente mientras se meneaba sobre mi polla, hasta que la dejé muy sorprendida. Abrí los ojos y la traviesa se llevó un gran susto, pero la sujeté por los cabellos y comencé a penetrar su coño aún más fuerte. Dejé a la niña traviesa sumamente emocionada y también muy sorprendida. A ella le gustó mucho la sorpresa y se revolcaba muy bien, entonces la puse a cuatro patas y la penetré aún más fuerte.
Y mi deliciosa madrastra gemía aún más fuerte y yo le estaba abofeteando su gran trasero con fuerza. Terminé corriéndome en su coño e hice que el travieso se corriera también. Fue sexo intenso y después de ese momento follamos durante esos 2 días que mi padre estuvo fuera. Ahora somos amantes y cada vez que tenemos un rato libre, follamos bien a escondidas de mi padre. Y confieso que estoy enamorado de esta vieja.
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