Mi nombre es Ramón, tengo 19 años y me follé a mi jefe de culo gordo en la sala de la tienda donde trabajamos. Trabajo en una gran tienda de ropa y mi jefe es una gorda madurita que siempre engaña a su marido con jovencitas traviesas. Y fue mi turno. Un día me llamó a su oficina y me dijo que estaba pensando en aumentarme el salario si le hacía un pequeño favor.
Tenía toda la curiosidad y le pregunté qué era y ella dijo que quería tener sexo anal conmigo. Porque pensó que yo tenía un pene enorme y necesitaba probarlo. Así que estaba muy avergonzado, pero como realmente quería este aumento, terminé aceptándolo, después de todo, he estado trabajando allí durante 2 años y necesitaba ganar más dinero.
Así que le pregunté a dónde íbamos y cuándo y ella respondió que sería allí y ahora. Me puse todo nervioso, porque ni siquiera estaba preparado para eso, porque ella no era muy bonita así que no me atraía mucho. Y pregunté si podíamos ir a otro lugar, ya que los otros empleados podrían sospechar de mi retraso en su oficina.
Mi jefe dijo que no tenía otra opción, que tendría que follármela allí mismo en su sala de estar en ese momento. Y a ella no le importaban los empleados si sospechaban de lo que estaba pasando. Después de todo, ella es dueña de todo, por lo que puede hacer lo que quiera. Y ahí vi que tendría que follar este culo gordo y hasta en horas de trabajo.
Me pidió que me quitara la ropa y yo me quité el uniforme, se volvió loca al ver mi polla pero aún estaba muy suave. Después de todo, no me atraía. Entonces la perra dijo que me animaría y se me acercó y comenzó a chuparme la polla. Y ella estaba chupando realmente bien y me volvió loco y súper emocionado de que mi pene comenzara a ponerse realmente duro.
Y entonces la traviesa decidió parar la mamada y empezó a quitarse la ropa. Luego se quitó la camiseta y mostró esos enormes pechos caídos y su enorme barriga. Después de que ella se quitó la falda y le dio la espalda, mi pene se puso mucho más duro por lo que vi. Un culo gigante hermoso y súper caliente. Suave y perfecta y todavía con un tanga rojo.
Y me sorprendió este culo gordo que acabó dejándome con el pene bien duro. Luego pasé por encima de esta corona traviesa y comencé a follar su coño caliente volviéndola loca. Luego me pidió que le metiera el pene en el culo. Y tuvimos un sexo anal muy agradable donde ella y yo disfrutamos mucho. Y los otros empleados escucharon al culo gordo gemir muy fuerte con mi pene poniéndose muy duro en su culo caliente.
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