Me llamo Elisa y acabé engañando a mi marido cornudo con mi vecino de 18 años que es un joven muy caliente y lleno de energía. Ya estaba cansado de esta situación que estaba viviendo. Mi marido siempre llegaba tarde a casa del trabajo y no me daba placer. Un día llegó a casa del trabajo y yo estaba desnuda en la cama esperándole, y no había sexo y yo estaba muy alterada.
Y después de ser despedido todas las noches y sólo querer tener sexo decidí hacerlo con otra persona. Y hay una vecina muy joven y caliente que siempre me llama caliente. Y decidí llamarle y llamarle aquí en casa, llamé y a los pocos minutos el joven ya estaba en la puerta. Cuando abrí la puerta estaba loco de lujuria y entró queriendo besarme.
Le pedí que se lo tomara con calma, abrí un vino y nos pusimos a beber y a hablar. Después le besé y nos fuimos a mi habitación. Se acostó en la cama donde duermo con mi marido. Y hoy yo y este bribón no dormiríamos sino que tendríamos toda una tarde de mucho placer y cachondeo. Y tendría un orgasmo muy sabroso porque estaba muy ansioso.
Y este joven safadinho sacaba su enorme pene y me deleitaba chupándolo intensamente. Le cogí la polla con las dos manos porque era muy grande. Y yo chupaba intensamente y me metía todo en la boca. El joven se volvió loco de placer, tirándome del pelo y abofeteándome la cara mientras me llamaba puta.
Esto me volvió loco, me desnudé completamente y me puse a cuatro patas sobre la cama. Y el granuja volvió a tirar de mi pelo y a penetrar mi coño sin florituras volviéndome loca. Entonces todavía empecé a revolcarme intensamente en esa polla y cuando me estaba chupando los pechos no me resistí y me corrí intensamente. Fue un sexo perfecto y después de ese día el bribón empezó a venir casi todos los días a mi casa.
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