Les voy a contar una historia muy desagradable que terminé haciendo la semana pasada. He escrito algunas historias sobre aventuras muy antiguas que he vivido. Porque te lo confieso, soy muy traviesa y me encanta una puta. Y como últimamente mi marido no me follaba como a mí me gusta, acabé teniendo que engañarle. Y te cuento como me senté en el pene de mi vecino mientras llamaba al cornudo y le hablaba por teléfono para saber qué le apetecía cenar. Como mi esposo trabaja mucho y está fuera todo el día, yo me ocupo de la casa y él siempre necesita tener la cena lista para llegar y poder tener una excelente comida después de trabajar duro.
Pero también tiene que hacer algo que realmente disfrute. Un muy buen sexo al final de la noche, pero como me estaba cansando mucho terminé dejando casi 5 días sin buen sexo. Y tenía que actuar, no podía seguir pidiéndole que me follara ya que trabaja todo el día. Así que yo mismo resolví el problema, el otro día llamé a la vecina a mi casa y dejé que el cabrón me llenara el coño con pistolas muy fuertes y sabrosas. Y como es joven, solo tiene 20 años, le sobra aliento para hacerme disfrutar de esta putada intensa que hicimos mientras mi marido trabajaba.
Pero necesitaba llamar a mi esposo para saber qué querría para la cena. Hago esto todos los días a las 5 pm. Y cuando me acordé de llamarlo ya estaba sentado en el pene del vecino. Pero necesitaba llamar a mi esposo en ese momento, de lo contrario, él encontraría todo muy extraño, porque nunca me olvido de hacer eso. Así que aun sentándome en la verga de mi amante llamé al cornudo para hablar con él. Y tiene la costumbre de quedarse unos 20 minutos hablando conmigo por teléfono. Lo hace para tomarse un poco de tiempo libre del agotador trabajo que tiene.
Y me senté muy livianamente en el pene de mi vecino joven y le pedí que no hiciera ruido porque estaba llamando a mi esposo. Corno respondió y hablamos de lo que quería para la cena. Mientras tanto tuve que contenerme para no gemir porque mi vecino me chupaba las tetas, me sujetaba el culo mientras me penetraba el coño con gusto. Y su polla golpeando mi culo hizo ruido y mi marido me preguntó qué era. Dije que estaba ablandando la carne para la cena. Porque ya sabía que él querría carne y ya la estaba preparando. Pero en realidad estaba siendo jodido duro por el vecino pervertido.
Luego me bajé de él y me puse a cuatro patas con mi enorme trasero posado. Y seguí hablando con mi esposo mientras la vecina me agarraba por la espalda. Y se sintió muy bien tener esa enorme polla entrando muy duro en mi coño mientras mi esposo me hablaba por teléfono. Hacer eso fue muy emotivo e incluso más cachondo. Y le pedía al vecino que me follara aún más fuerte mientras yo estaba a cuatro patas hablando con mi marido que no sospechaba nada.
Llamé al cornudo y estaba hablando con él mientras la polla entraba con fuerza en mi coño. Al poco rato a este ritmo no aguanté y solté un pequeño gemido con la polla del vecino entrando en mi coño. Y mi esposo pensó que era muy extraño y preguntó si todo estaba bien y yo tuve que decir que había roto un vaso y casi me lastimé el dedo. Cuando en realidad el vecino estaba empujando ese pene enorme dentro de mi coño caliente. Y acabé disfrutando mucho y le tuve que colgar en la cara a mi marido porque tenía que gemir fuerte porque estaba loca de lujuria.
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